pamplona - María Chivite Navascués, nacida en Cintruénigo el 5 de junio de 1978, fue elegida ayer presidenta del Gobierno de Navarra. Un día después de que el Parlamento tumbase su candidatura merced a los 27 votos de Navarra Suma y EH Bildu, a la líder socialista, en segunda votación -donde es suficiente tener más síes que noes- le bastó tener los 23 votos a favor de su partido, el PSN (11); los de Geroa Bai (9); los dos de Podemos; y el único voto de I-E, las fuerzas con las que ha pactado un acuerdo de gobierno con el que quiere “construir una Navarra mejor para convivir”. La coalición derechista Navarra Suma, tal y como había anunciado un día antes su líder Javier Esparza, votó en contra y utilizará sus 20 escaños para hacer una frontal oposición a lo que considera una vergüenza para Navarra. Y EH Bildu, cuyas bases apoyaron mayoritariamente una abstención estratégica, cumplió su palabra y dividió su voto: dos parlamentarios votaron en contra; y los cinco restantes se abstuvieron. Total: 23 votos a favor; 22 en contra; 5 abstenciones. El PSN gobernará tras 23 años con un Ejecutivo de coalición compartido con Geroa Bai, Podemos y el apoyo externo de I-E. La sesión fue corta, pero intensísima. Arrancó a las siete y cuarto de la tarde, justo 24 horas después de que la primera votación, la del jueves, en la que Chivite hubiese necesitado una mayoría absoluta que no tiene.

sin sorpresas El presidente del Parlamento, Unai Hualde (Geroa Bai), dio paso a la votación nada más abrir el pleno. No hubo ni intervenciones previas ni otros preliminares: los 50 parlamentarios se sentaron en sus escaños y comenzaron a votar. Fueron llamados por el secretario primero, Juan Luis Sánchez de Muniáin (Navarra Suma), y uno a uno desfilaron por delante del presidente, donde se dispuso una urna para votar con papeletas. No hubo ni sorpresas, ni tamayazos, ni nada parecido. Algunos parlamentarios mostraron incluso el sentido de su voto antes de depositarlo en la urna: Jorge Esparza (Na+) y Koldo Martínez (Geroa Bai), por ejemplo. La cúpula socialista más cercana a Chivite, en la tribuna, se moría de los nervios con el goteo de votos. Miguel Mangado, pareja de Chivite, no paraba quieto sentado entre Santos Cerdán -el guionista de todo esto- y José Luis Arasti, delegado del Gobierno. Una fila más arriba, Jorge Aguirre -jefe de gabinete de Arasti-, Javier Remírez -próximo vicepresidente- y Ángel Moleón, alcalde de Arróniz y uno de los fontaneros que ha trabajado codo a codo con Alzórriz durante estos dos meses, eran un manojo de nervios. De vez en cuando le pasaban una mano por el hombro a Mangado, que estaba más deshecho. Pero asistían al recuento con las manos en la cara y las piernas bailongas, con ese aire de expectación colectiva como de tanda de penaltis. Abajo, en el hemiciclo, Chivite llevaba la cuenta en un folio más o menos disimuladamente, torciendo palos al son del presidente Hualde.

Los votos caían a plomo y el capricho quiso que la última papeleta fuese la quinta abstención, la que hubiese podido cambiar todo. Pero no hubo sorpresas y todos cumplieron con sus compromisos: PSN, Geroa Bai, Podemos e I-E con su acuerdo programático; EH Bildu con el mandato de su militancia; Navarra Suma con el despecho de sus líderes. El presidente anunció el resultado y hubo aplausos casi unánimes: menos los de la derecha y EH Bildu. Y se levantó el pleno, con el encargo de esperar a que el rey sancione el nombramiento.

Unas brevísimas palabras de Chivite, después de besar y abrazar hasta al último que pasaba por allí. Ensalzó el acuerdo con Geroa Bai, Podemos e I-E y habló de “dialogar para construir una Navarra mejor y para convivir. Es un programa para atajar la desigualdad, donde la innovación tanto en lo social como en lo económico es un eje fundamental, y donde la igualdad es transversal”, logró resumir, como cogiendo cachos de argumentario que se le caían por la emoción. Felicitó a los hombres y mujeres que han dado un paso adelante para asumir las consejerías, y remató con que “la voluntad siempre ha sido llegar a acuerdos, porque las prioridades siempre han estado claras”. Chivite, presidente. Y de ahí al basket.

Ortuzar, en la tribuna. Andoni Ortuzar, presidente del Euskadiko Buru Batzar, asistió a la investidura. En Twitter, aseguró: “He transmitido a Chivite nuestro apoyo y compromiso en esta compleja andadura que empieza hoy. Navarra puede ser un buen espejo”.

El lunes, escenificación. El lunes, a las once de la mañana, María Chivite y Uxue Barkos escenificarán en el Palacio de Navarra el traspaso de poderes al frente de la presidenta del Gobierno foral.

Ábalos, el martes en Pamplona. Está previsto que el martes María Chivite tome posesión como presidenta del Gobierno de Navarra. A la ceremonia asistirá el secretario de Organización del PSOE y ministro de Fomento, José Luis Ábalos.

El miércoles, los consejeros. El miércoles será el momento en el que los trece consejeros del futuro Gobierno de Chivite tomen posesión en el Palacio de Navarra, donde se hará la clásica foto en la escalinata.