pamplona - Por sus atribuciones, su currículum extenso y hasta por su sosiego, José María Aierdi (Etxauri, 1958) está llamado a jugar un papel importante en el Gobierno de Navarra, como consejero multidisciplinar y vicepresidente segundo. Aierdi es un hombre de aspecto tranquilo. Bregado durante muchos años en la política de la gestión, más que en los efectismos de las caravanas electorales. Y como si quisiera quitarse protagonismo personal, a veces habla en plural mayestático sobre su propia trayectoria. Trabaja en el despacho en el que trabajó María José Beaumont, y comparte planta con el vicepresidente primero Javier Remírez, que ocupa el espacio en el que desempeñó su labor Miguel Laparra durante la anterior legislatura.

¿Cómo va el aterrizaje en el departamento? A usted no le pilla de nuevas el funcionamiento de la Administración?

-Estamos cerrando la fase de crear los equipos, en un departamento nuevo que parte de la absorción de funciones de la parte de vivienda del antiguo departamento de Derechos Sociales y la Ordenación del Territorio del departamento de Desarrollo Rural, además de la materia nueva de Proyectos Estratégicos. Esto nos hace conformar un equipo totalmente nuevo y en eso estamos.

Tiene una cartera de nombre largo y responsabilidades largas. ¿Cuáles van a ser las líneas maestras de su consejería?

-Proyectos Estratégicos pretende gestionar proyectos que afectan a varios departamentos, dentro de la necesidad de establecer una política más transversal y no de compartimentos estancos, para avanzar en la misma dirección. La Ordenación del Territorio nos parece fundamental, ligada a su impulso en las viviendas ya existentes y las políticas de rehabilitación.

Sus responsabilidades lindan también con las de la Consejería de Desarrollo Rural y la de Cohesión Territorial.

-Hablar de Ordenación del Territorio sin tener en cuenta la lucha contra el cambio climático, la movilidad, etc, nos da una muga de continuo trabajo en común. Lo mismo pasa con Cohesión Territorial, y las políticas contra la despoblación, o con el departamento de Desarrollo Económico.

Tiene un currículum extenso en la gestión pública. Ese bagaje le habrá servido para constatar la distancia que a veces existe entre discursos y hechos.

-Por eso, hay que ser muy realistas. Nosotros hemos firmado un acuerdo programático que hay que llevarlo a la realidad. Y uno se encuentra que esa realidad social plural está muy alejada muchas veces de discursos que se hacen desde determinadas plataformas políticas. Esa experiencia nos tiene que ayudar a encontrar y concitar los consensos necesarios para buscar soluciones a los problemas que tenemos en Navarra.

Fue parlamentario hace veinte años, en la legislatura que arrancó en 1999. ¿Qué diferencias encuentra entre aquel UPN y el de ahora, englobado en Navarra Suma?

-En aquel momento UPN vivía su acción política desde el gobierno. Empezó con un acuerdo con el PSN, y el presidente del Parlamento fue José Luis Castejón. Pero a lo largo de la legislatura el PSN giró en su estrategia, buscó el acuerdo con las formaciones progresistas de la cámara, y empezó a trabajarse una alternativa diferente a la de UPN. Aquella mayoría absoluta con el PSN se convirtió en un empate técnico en muchas ocasiones. En este momento UPN está viviendo una situación que creía que no se podía producir. Miguel Sanz entendía que UPN seguiría gobernando siempre con el apoyo del Partido Socialista. Después de cuatro años de cambio muy importante en Navarra, que ha permitido consolidar los niveles de bienestar social y recuperarnos de los recortes practicados por UPN, el PSN ha buscado un acuerdo programático con el resto de las formaciones progresistas de la Comunidad abiertas a la pluralidad, entendiendo que en esa pluralidad está la solución a los problemas de Navarra. Esto ha llevado a UPN a una situación absolutamente incomprensible de echarse al monte y atacar a formaciones políticas democráticas que buscamos ese punto de encuentro que nos permita buscar soluciones para una sociedad que no vive en la crispación. UPN ha considerado que esto era un cortijo de su propiedad y no ha sabido respetar una decisión de partidos que han buscado una manera distinta de hacer política en esta Comunidad.

Este gobierno ahonda la fragilidad de la derecha, y al mismo tiempo se encuentra en minoría parlamentaria. ¿Usted va a ser pieza clave en un intento de geometría variable? ¿O pierden prácticamente la esperanza de entendimiento con Navarra Suma?

-Somos conscientes que estamos en minoría en este Parlamento y hay dos formaciones que están fuera de este acuerdo programático, que son Navarra Suma y Bildu. Nosotros vamos a buscar el acuerdo entre diferentes. Lo hemos hecho empezando por nosotros mismos y vamos a ir al debate parlamentario, que va a tener una vida como no la tenía hace años. Es cierto que con la actitud que tiene Navarra Suma en este momento no va a ser fácil alcanzar acuerdos puntuales con ellos. Pero el punto de partida va a estar abierto a ambas fuerzas.

¿Y con EH Bildu, donde cree que puede ser más fácil entenderse?

-Bueno, yo creo que EH Bildu ha hecho un ejercicio de responsabilidad importante al propiciar que este gobierno pudiera conformarse. Demuestra una actitud abierta a avanzar en los procesos de negociación, y es una buena disposición para buscar ese acuerdo, necesario por otro lado, para sacar adelante por de pronto los presupuestos de 2020 o leyes que están encima de la mesa.

Mientras, deben mantener la vertebración interna del Ejecutivo.

-Las cuatro formaciones hemos formado un acuerdo programático que ensancha la centralidad desde una visión progresista de entender Navarra. Insuficiente, pero territorialmente hablando más cohesionada que en otras ocasiones. Si somos capaces de trasladar ese programa a los hechos, puede ser una realidad que crezca y se ensanche en el futuro.

Echando un vistazo al inicio del acuerdo programático, destacan dos conceptos: la igualdad de oportunidades y la convivencia.

-Nosotros como Geroa Bai en la negociación no entramos en un reparto en función del peso que podíamos tener en el Gobierno, sino que tratamos de afrontar retos de ciudadanía. Un modelo diferente al que entiendo que representó en su momento UPN, que iniciamos hace cuatro años, que en gran medida ha planificado el futuro de esta comunidad y que vamos a ser capaces de poder alimentar de una manera definitiva en esta legislatura.

¿Dónde va a percibir con más claridad la ciudadanía el ADN progresista del Gobierno?

-En la legislatura pasada hubo un esfuerzo muy importante en recuperar los niveles de bienestar social que se habían perdido. Este Gobierno ha recogido esa parte del ADN y lo ha integrado en su acuerdo programático. Vamos a seguir trabajando en esa dirección. También en el terreno de la memoria. Creo que a Geroa Bai le toca buscar el encuentro entre aquella izquierda más radical y esas políticas más moderadas del Partido Socialista. Nos podemos situar en el medio de esa acción de gobierno y facilitar que la política progresista siga siendo una realidad en el día a día.

Desde Nasuvinsa usted subrayó el enfoque social del derecho a la vivienda. Algo recogido en la Constitución y que a veces a determinados autodenominados constitucionalistas parece que se les olvida.

-Efectivamente, durante muchos años la vivienda fue un negocio que no se consideraba como un derecho ciudadano, sino que formaba parte de un sector económico que generaba muchos recursos. En la legislatura pasada Nasuvinsa hizo un esfuerzo en ese terreno y viró hacia la vivienda en alquiler, en un momento en que Madrid vendía a fondos buitre su parque de viviendas en alquiler. En Navarra la apuesta ha sido hacer crecer su parque público, para duplicar la oferta por la vía de nueva construcción de vivienda en alquiler, e incorporando a la bolsa de alquiler que gestiona la sociedad pública más viviendas privadas, para dar una respuesta a ese derecho ciudadano, priorizando también la política de rehabilitación frente a los desarrollos residenciales en urbanizaciones. Las experiencias puntuales que se llevaron en su momento en Lourdes Renove o las que se hicieron la legislatura pasada en la Txantrea, marcan el camino a seguir, pero extendiéndolo al conjunto de la comunidad, no solo en zonas concretas. En estos momentos estamos negociando con el Banco Europeo de Inversiones la financiación de equipos técnicos de asesoramiento que nos permitan extender este modelo por las comunidades de vecinos.

Pero yendo a lo concreto: ese parque de vivienda de alquiler es manifiestamente insuficiente. La PAH dijo ante las 500 viviendas construidas la legislatura anterior que deberían llegar al millar. ¿Qué medidas se prevén para llegar más lejos que en la legislatura pasada?

-Va a haber varias líneas de trabajo. Sigue habiendo mucha vivienda vacía, vamos a crear también un servicio especifico de inspección de viviendas vacías para avanzar de forma más decidida en ese camino.

¿Faltó voluntad política en el anterior Gobierno?

-No, porque la propia legislación no lo permitía en aquel momento. Había que definir qué es una vivienda vacía, y no es fácil según las circunstancias. Es una realidad muy distinta de aquellos grandes propietarios de viviendas como son las entidades financieras. Ahí sí que vamos a hacer un esfuerzo legislativo para penalizar la existencia de esas viviendas vacías. Por otro lado, creo que no hemos explorado suficientemente la colaboración público privada, para promover viviendas que transcurridos treinta años de explotación sean propiedad pública de Nasuvinsa. Eso nos va permitir dar una solución más rápida a la promoción de nuevas viviendas.

¿Con las competencias existentes en la mano, qué se puede hacer en concreto para tratar de contener los precios?

-Lo fundamental es disponer de un número suficiente de viviendas que te permitan incidir en este sentido. Es cierto que el precio de la compra venta de vivienda se ha reducido con respecto a los precios de 2007 y sin embargo el precio del alquiler se ha incrementado de una manera muy importante de entonces a ahora. También es cierto que no es lo mismo lo que ha ocurrido en las diferentes comunidades. Hay algunas con incrementos del 14 o 15% y otras como Navarra en donde ese crecimiento ha sido muy pequeño. Esto tiene que ver con que, entre otras cosas, durante tres años consecutivos de bajó el precio del módulo en las viviendas de protección oficial y en las viviendas públicas que gestiona Nasuvinsa.

Dijo en su toma de posesión que este Gobierno de Chivite parte de una situación mejor que el Gobierno de Barkos, por el trabajo desarrollado estos años. Hace unos días el economista Santiago Niño Becerra, subrayaba que no viene una recesión, sino una fase nueva de la crisis que arrastramos desde hace una década. ¿Esto puede complicar la marcha de la legislatura?

-Los datos son ligeramente inferiores a los del año pasado y el anterior, aunque estamos en niveles de crecimiento muy importante incluso por encima de Francia y Alemania.

Pero si estos países estornudan...

-No cabe duda de que para gran parte de la actividad económica exportadora que realiza Navarra, si esas economías se enfrían, tendría un impacto. Pero todos los economistas dicen que aquellos modelos de épocas de bonanza muy largas previas a una depresión, ahora van a ser dientes de sierra más reducidos, en los que se darán crecimientos y reducción de crecimientos de manera menos intensa. La realidad de la actividad industrial nos dice que en el periodos 2011-2015 Nasuvinsa vendió 70.000 metros de suelo industrial y de 2015 a 2019 firmamos contratos por valor de 640.000 metros cuadrados. Creo que seguimos en esa línea. Vamos a poner en marcha un plan de infraestructuras en polígonos industriales que nos va a levar a invertir 16 millones de euros en seis localidades diferentes de Navarra, cinco de ellas fuera de la comarca de Pamplona. Tenemos que ser cautos, pero implicándonos desde las administraciones públicas.

¿Cuál es su relación con el sector de la construcción y promoción de vivienda? ¿Cómo han recibido su nombramiento? Usted dijo que había que anteponer los intereses sociales al negocio inmobiliario, y eso generará recelos?

-Estos días nos estamos reuniendo con distintos agentes que trabajan en el sector, y hay una cuestión que nos parece fundamental: la necesidad de ir a procesos de industrialización que nos permitan abaratar los costes de construcción y reducir los tiempos. Hay temas en los que coincidimos claramente. Por contra, en otros campos tenemos una visión diferente. En los nuevos desarrollos residenciales, que también tiene que haber, la Administración tiene que jugar un papel fundamental. Recuperando el protagonismo de la administración local y regional, para que esos desarrollos puedan ser razonables desde el punto de vista de la viabilidad económica, pero sean aceptados y consensuados con los ayuntamientos.

Hablemos de planes estratégicos. Dos polos de desarrollo seguirán siendo Sakana y la Ribera. Usted conoce de cerca ambas zonas, porque también fue director de la Ciudad Agroalimentaria de Tudela. No sé si por esa vía puede haber posibilidades de entendimiento con Navarra Suma.

-Hace poco tuvimos una reunión con el alcalde de Tudela porque en 2017 firmamos un convenio con el anterior Ayuntamiento para la rehabilitación del casco viejo de Tudela, en concreto el barrio de Coscolín. Y estuvimos analizando otras actuaciones en las que podíamos colaborar. En cuanto al CAT, creo que debe captar nuevas implantaciones. La ocupación de ese polígono es todavía muy baja, y debemos captar más industria agroalimentaria, farmacéutica, etc. En Sakana, es cierto que en los años de la crisis se perdieron más de 2.000 empleos, pero este año hemos firmado un acuerdo con una gran empresa agroalimentaria que va a generar 100 empleos , se va a instalar en Arakil y ya está iniciando las obras de urbanización. Lo cual demuestra que Sakana es un espacio físico atractivo Son dos zonas en las que tenemos que trabajar, pero hay otras. El Pirineo, por ejemplo, requiere una intervención decidida. Mi experiencia en Lekunberri me dice que con un impulso de actividad económica, y de valorización de los elementos naturales, se posibilita el crecimiento de la actividad económica.

¿Considerará que sus objetivos han cristalizado si consigue sacar adelante...

-Lo primero y fundamental es que seamos un gobierno bajo un modelo de intervención transversal...

Todo eso pasa por aprobar también unos presupuestos propios. Por lo menos, uno...

-En la legislatura pasada nadie o muy poca gente esperaba que aquel Gobierno fuera capaz de aprobar cuatro presupuestos...

Pero tenía mayoría...

-Sí, pero con sus dificultades. Lo primero ahora es ir haciendo la tarea del día a día y tener un presupuesto en 2020. Porque difícilmente podemos llevar adelante una nueva estructura de Gobierno con nuevos departamentos si no tenemos recursos. Y para tenerlos debemos ser capaces de aprobar a la vuelta de la esquina el presupuesto de 2020. Luego vendrán el de 2021 y 2022, pero tenemos que empezar por acordar el de 2020.