pamplona - El tiempo pasa rápido; de aquel joven alcalde de Lekunberri, casi eterno, José María Aierdi porta ya galones de veterano, que como gestor del suelo industrial responde sobre el uso del solar inicialmente destinado a Ikea,

Transmite usted una imagen políticamente atípica. Discreto, casi tímido... Qué tiempos estos de la teatralización constante...

-Las personas que viven en esta Comunidad quieren, como en cualquier otra, que los representantes políticos debatan, conformen los gobiernos, no dilaten los tiempos y busquen realmente la solución a los problemas. Pero hay formaciones políticas que están en la crispación permanente. Creo que equivocadamente, pues por ahí no vamos a encontrar ninguna solución.

Le saca tres décadas al parlamentario más joven y dos décadas a la presidenta.

-Cuando empecé era de los alcaldes más jóvenes, en el Parlamento era también muy joven... Ahora ves la perspectiva desde el otro lado, y creo que esa experiencia nos puede ayudar para buscar acuerdos e integrar las políticas.

Fue alcalde durante tres décadas, nada más y nada menos, en una localidad pequeña pero en su tiempo compleja como Lekunberri. ¿Por qué fueron tantos años?

-Coincidió con otro tipo de responsabilidades que me ayudaron a seguir en esa línea. Estaba de alcalde, pero ya desde el 91 formamos Cederna Garalur, lo que nos permitió trabajar con otros grupos en el desarrollo de nuestros territorios. En el año 99 dejé Cederna, estuve cuatro años de parlamentario, en un momento de debate intenso, con un empate entre UPN (22 parlamentarios) y CDN, tres, y el resto de formaciones políticas 25. Había un empate entre los dos mundos, que dio juego a una negociación interesante. Seguí en el Ayuntamiento, colaborando con el trabajo en el consorcio del Plazaola. En 2011 volví a reincorporarme a Cederna Garalur, en un momento complicado para la entidad. Y en 2015 dejé del Ayuntamiento y me incorporé a Nasuvinsa. Siempre ha habido esa segunda actividad además del Ayuntamiento que nos ha motivado para trabajar en esa línea.

Y claro, además le votaban...

-Desgraciadamente me votaban (sonríe). Es complicado dejarlo cuando llevas tanto y tus propios compañeros te animan a seguir. Cuanto más tiempo pasa más difícil es tomar la decisión de dejarlo. Además, la transformación que queríamos hacer en el pueblo iba creciendo. Ver que tu localidad pasaba de 800 a 1.600 habitantes, y mejoraba su nivel de competitividad, te obligaba de alguna forma a continuar.

Uno de sus cometidos es la promoción de suelo industrial. ¿Qué pasó con Ikea? ¿Hubo falta de diligencia o sobró una cierta ingenuidad?

-En 2015, cuando entramos en el Gobierno ya había un acuerdo de venta de esa parcela a esta empresa, en unas condiciones determinadas de precio y adecuación. Durante 2016 se abrió un proceso de participación con el sector de comerciantes del ramo y se asumió que la parcela se destinaría a usos comerciales pero que no se extendería al resto del PSIS que se estaba tramitando. Prácticamente hasta 2019 hubo un posicionamiento claro de Ikea respecto de ese destino.

Y entre 2017 y 2018, ¿qué ocurrió?

-Son procesos complicados. Un PSIS de estas características requiere informes sectoriales de distintas entidades. Solamente el de la Confederación Hidrográfica se demoró entorno a dos años, y en el caso de Ikea, el informe de tráfico demoró también el proceso, con el rechazo de la empresa que trabajaba el tema por parte del Departamento de Obras Públicas. Pero Ikea ha variado su política de implantación. En Tarragona, por ejemplo ha pasado lo mismo, en una estrategia de no hacer grandes establecimientos comerciales sino tiendas dentro del casco urbano de las ciudades. Cuando vimos que el interés ya era nulo, llegamos a un acuerdo y resolvimos el contrato.

¿Y ahora quién puede venir?

-Desde que firmamos el acuerdo de renuncia entre las dos partes ya ha habido tres grupos diferentes que han manifestado su interés en adquirir esa parcela y desarrollar un proyecto en ella.

¿De qué sectores?

-Son fondos interesados en comprar la parcela. Dos de ellos consideran que estaría bien que se desarrollara previamente su ordenación y urbanización, y otro grupo que estaría dispuesto a adquirir la parcela tal y como está en este momento. - J. Barcos