pamplona - El PSOE acudirá hoy a su reunión con Podemos tras conseguir que el PNV y ERC hayan anunciado públicamente su disposición a no bloquear la investidura de Pedro Sánchez, aunque tanto interlocutores de los negociadores socialistas como dirigentes del partido creen que la repetición electoral es la opción más probable. El PSOE se encontró ayer con que los nacionalistas vascos y los catalanes de ERC siguen dispuestos a evitar unas elecciones, pero a Sánchez le falta la pieza clave del puzle: el acuerdo con la formación morada.

El tiempo corre hacia el 23 de septiembre, día en que acaba el plazo constitucional antes de la disolución de las Cortes y la convocatoria de comicios, y en el tablero de apuestas políticas se mantiene en alza la opción de que haya que volver a las urnas a pesar de que el PSOE ha mostrado un mensaje más optimista y una actitud más conciliadora.

El presidente en funciones, Pedro Sánchez, se está moviendo para recabar los apoyos parlamentarios que le permitan confirmar al rey que se presenta de nuevo a la investidura, si es que el rey llama a otra ronda de consultas. El líder socialista desgranó el martes un programa para el acuerdo y este miércoles sus dirigentes de confianza, Adriana Lastra y José Luis Ábalos, pero también él mismo, han celebrado las primeras reuniones.

La portavoz del PSOE en el Congreso abogó tras el encuentro con ERC por dejar atrás “el camino de los reproches”, por “dejar de buscar culpables” y por priorizar la necesidad de un acuerdo con Unidas Podemos.

Por ello, y ya que el problema parece ser “la desconfianza mutua”, puso el acento en los mecanismos de garantías que propone el Partido Socialista para que no se escape por ninguna rendija medida alguna de un hipotético pacto: una comisión de seguimiento dependiente del Ministerio de Hacienda, otras dos en el Congreso y en el Senado y una más de verificación por la sociedad civil deberían servir de aval.

Horas después, en la sede del PSOE en Madrid, Ábalos consideró “una buena respuesta” que Unidas Podemos acuda a la reunión prevista para hoy en el Congreso, y en consecuencia, se mostró “esperanzado”. El dirigente socialista confió en las bondades del programa de 370 medidas como base para el acuerdo.

Asimismo, en filas socialistas se ha sugerido dónde están esas instituciones del Estado que ofrece a Unidas Podemos. La vicepresidenta en funciones, Carmen Calvo, ha insinuado que el Defensor del Pueblo, la Comisión Nacional del Mercado de Valores o el Centro de Investigaciones Sociológicas pudieran ser algunas de ellas. Sin embargo, estos llamamientos a la distensión y al optimismo han chocado con las impresiones de varios mandatarios políticos, empezando por los representantes de Unidas Podemos.

La portavoz adjunta del grupo parlamentario, Ione Belarra, aseguró que la formación de un Gobierno de coalición sigue siendo una condición indispensable para que la negociación llegue a buen puerto, y aunque reiteró que en su organización están estudiando el documento de Sánchez cara a la reunión de hoy, hay en él “retrocesos evidentes”. Belarra lamentó, además, que “se parezca a un programa electoral”.

Lastra reconoció que en el Gobierno de coalición no habrá avances por cuanto “no se da la confianza” para ello después de lo acontecido en el mes de julio, después de la investidura fallida y lo sucedido en el mes de agosto.

En Unidas Podemos, además, se lanza una consigna de urgencia, como hizo ayer la portavoz de Galicia En Común, Yolanda Díaz, quien en una entrevista a Efe destacó que si la negociación con el PSOE que comienza hoy se alarga a “más allá de la semana que viene”, el acuerdo será “imposible”. La dirigente de la formación morada añadió que en su grupo la sensación reinante es que Sánchez maneja los tiempos con la intención de repetir las elecciones. Pero el presidente en funciones lo niega. Lo hizo el martes y lo reiteró ayer en Santander, donde reclamó un nuevo Gobierno para acabar con “la inestabilidad” de los últimos cinco años y afrontar los desafíos que aguardan, entre ellos la transformación digital.

Después de esa proclama, el líder del PSOE se reunió y almorzó con el presidente de Cantabria, Miguel Ángel Revilla, máximo responsable del único partido que en julio apoyó la investidura, el PRC.

Su impresión tras la comida, cara a cara con Sánchez, es que el secretario general de los socialistas hará cuanto esté en su mano para evitar los comicios, pero también que no lo conseguirá y que las urnas se pondrán en los colegios electorales el 10-N.

Revilla expresó su confianza en que eso no suceda, al igual que el presidente del PNV, Andoni Ortúzar, el otro interlocutor de Sánchez en la pasada jornada. Su deseo se tradujo en la intención de dar el en una hipotética nueva investidura si en el PSOE se muestran “más respetuosos” con el autogobierno.

Ortúzar, además, ha sido una de las voces críticas con el programa que presentó Sánchez, porque esperaba que actuase con mayor “valentía” en la revisión del modelo de Estado para dar encaje a Euskadi y Catalunya, así como la del portavoz de ERC, Gabriel Rufián, molesto con el párrafo en el que se habla del “problema de convivencia” en Catalunya y de la negación del referéndum de autodeterminación. Ambos, no obstante, no vincularon su malestar con el programa a un rechazo en la investidura. El presidente del PNV hizo un llamamiento al acuerdo entre PSOE y Unidas Podemos, y en lo mismo incurrió Rufián. “Por ERC no será” es la misma expresión que utilizó éste último en julio, cuando su grupo terminó absteniéndose, pese a que ha reconocido que el mes de septiembre “complica la vida” por la celebración de la Diada y por la inminencia de la sentencia del procés.

Ni los nacionalistas vascos ni los independentistas catalanes pretenden bloquear la investidura. Con todo, la impresión de que volverán las elecciones sigue robusta. Es también la que transmitió el presidente de Aragón, el socialista Javier Lambán. “Cada vez hay menos resquicios para “tener esperanzas de que se forme un gobierno en España a corto plazo”, sostuvo. - D.N.

insulto a sánchez y bronca de revilla

“Vergüenza”. Miguel Ángel Revilla, presidente de Cantabria, salió en defensa del presidente de España en funciones, Pedro Sánchez, tras ser increpado por un hombre en Santander. El incidente tuvo lugar cuando Sánchez salía del coche para almorzar con el presidente cántabro en un restaurante de la ciudad, entonces un espontáneo llamó “hijo de puta” a Sánchez y le recriminó que lo que tenía que hacer era “levantar España y no reírse de nosotros cada día”. Revilla no pudo contenerse y pidió al sujeto que tuviera educación y no insultara, pero luego a voces le increpó: “¡Me da vergüenza, un cántabro no puede decir eso!”.