su mandato terminó en 2013, pero no tiene sustituto. Es el caso más sangrante. Javier Enériz Olaechea fue elegido Defensor del Pueblo en 2007. Su mandato terminó en 2013, pero ahí sigue: el Parlamento necesita mayoría cualificada -tres quintos de la Cámara- para relevarle, y los grupos han sido incapaces de ponerse de acuerdo para nombrar a otro defensor, a pesar de los reiterados llamamientos del propio Enériz para que el Parlamento sea capaz de encontrar a alguien. De momento no hay manera. Foto: Javier Bergasa