gasteiz - Usted fue un errejonista cuya coalición puede acabar pugnando con Errejón en Bizkaia. ¿No va la política en el Estado demasiado rápido y centrada en sí misma, con crisis en casi todos los partidos, como para atender a las necesidades de la gente?

-En general son tiempos inestables, se han creado partidos nuevos, pero no solo en España, también en Europa. Hay constantes cambios de gobiernos, llevamos cuatro elecciones generales en el Estado y hay que tener en cuenta que Podemos tiene cinco años, con todo lo que supone formar un partido, un proceso que no ha sido muy diferente al de la creación de otros partidos, pero ahora todo se ve, se comunica y está presente. Yo creo que dentro de ese proceso Podemos Euskadi ha conseguido construir un espacio muy estable, tranquilo, centrado en la política vasca y en la coalición Elkarrekin Podemos, y ayudamos a los compañeros a nivel de Estado en lo que haga falta para conseguir una estabilidad interna.

¿Se acabará el 10 de noviembre esta carrera sin rumbo? ¿Son conscientes los partidos de que no pueden mantener este clima de inestabilidad?

-Es difícil saberlo, pero no ya por cuestiones políticas. Entramos en un tiempo de retos económicos, de desaceleración, una guerra comercial que ahora nos afecta en Euskadi directamente... Todo eso genera mucha inestabilidad, y espero que la gran lección que haya aprendido Pedro Sánchez es que ya no existen los tiempos de gobiernos de un solo partido, que es tiempo de acordar, que no valen unas terceras elecciones porque sería ya un doble fracaso de la política. Sánchez fracasó a la hora de obtener sus apoyos, y al final la duda que nos quedó es si realmente alguien es capaz de pactar con Pedro Sánchez.

Casado dice que no quiere, y con Rivera igual no salen las cuentas. ¿Un pacto entre PSOE, Podemos y Más País es posible tras todo lo ocurrido?

-Yo lo que dicen algunos en campaña no lo tomaría mucho en cuenta. Al margen de eso, nosotros siempre hemos apostado por un gobierno progresista y haremos los esfuerzos necesarios para que se pueda conformar un gobierno que permita afrontar los retos de la transición ecológica, la posible crisis económica o la crisis política europea. Seguimos siendo muy claros sobre cuál es nuestra opción para después del 10 de noviembre, la cuestión es si otros también lo tienen claro. Luego las urnas pondrán las condiciones de la negociación, pero lo que seguro que nos van a decir es que no vale un gobierno monocolor, nadie va a obtener una mayoría absoluta, eso ya no pasa en el Estado.

Salieron a remarcar que se queda usted en Podemos. ¿Ha intentado Más País sumarle a su proyecto?

-No, todo el que me conoce ha tenido claro que no iba a ser así, creo que las cosas se hacen de otra manera, y mi compromiso con la dirección de Podemos Euskadi, con Podemos Euskadi, con Elkarrekin Podemos y con los propios ciudadanos y ciudadanas que nos votaron y que votaron para que yo fuera secretario general de Podemos es claro y determinante.

¿Ha contribuido Errejón con su movimiento a cerrar heridas y mirar para adelante en Podemos Euskadi, donde repiten como candidatos los planteados por la dirección de Madrid para abril? ¿Se ha normalizado esa situación?

-Llevo ya casi dos años de secretario general y se ha hecho mucho trabajo por la estabilidad y por los equilibrios internos. Nosotros somos conscientes de que somos una organización muy diversa, y uno de los objetivos era gestionar esa diversidad de la mejor manera posible, reducir la conflictividad interna al mínimo, comprender los puntos de vista de los contrarios; creo que se ha conseguido y eso ha ayudado a que en un momento tan complejo como el que vive Unidas Podemos, Podemos Euskadi y Elkarrekin Podemos sean un espacio tranquilo, amable y en el que todo el mundo está comprometido.

¿Qué valor da al gesto de Equo en Euskadi de permanecer en coalición con ustedes, y al de Juan López de Uralde de permanecer ligado a Unidas Podemos?

-Muy positivamente. Juantxo ha decidido permanecer en Podemos y yo se lo agradezco, sabe que cuenta con toda nuestra ayuda, y por otro lado está la decisión de Equo Euskadi, que ha apostado claramente por Elkarrekin Podemos. Me parece una demostración del compromiso que tenemos las tres organizaciones que formamos la coalición para seguir adelante, porque creemos que estamos construyendo un proyecto que tiene su espacio, su identidad y su aporte político a la sociedad vasca. Estamos todos convencidos de que debemos darle continuidad.

¿Va a hacer Elkarrekin Podemos una campaña más pegada a lo cercano que en abril, va a buscar diferenciarse de Más País si finalmente concurre en Bizkaia y de paso competir con EH Bildu?

-No necesitamos una estrategia para diferenciarnos de Más País, llevamos años trabajando aquí, y tenemos una idiosincrasia marcada que todo el mundo conoce. No voy a desvelar la estrategia de campaña, pero hay dos líneas que se trabajan, la del conjunto del Estado, que tiene su principal reflejo en Pablo Iglesias, pero que obviamente también defendemos, y luego en el Congreso debatimos sobre cuestiones vascas para solucionarlas allí. En esos debates vamos a estar. A poco que se hayan visto los debates de la campaña anterior se ve que Elkarrekin Podemos tiene claro cuál es su papel en el Congreso.

¿Las amenazas de Sánchez con el 155 en Catalunya son el avance de un giro en el PSOE o una estrategia de campaña?

-Creo que tiene un factor electoral alto, pero creo que también tiene que ver con que el PSOE se está preparando, se está posicionando para un contexto en Catalunya que va ser muy complejo, su lugar va a ser el de evitar el diálogo y tirar por la vía de la imposición, y lo que me preocupa es que esto sea más un viraje que una estrategia. Siempre hemos pensado que Sánchez podría ser perfectamente capaz de pactar con Ciudadanos: quién sabe si esto no busca allanar el camino para un acuerdo con una fuerza de derechas eminentemente centralista, y con una posición muy dura sobre Catalunya.

De materializarse ese temor a un gobierno muy centralista Euskadi también se vería afectada.

-Sí, afectaría y mucho. Sin querer regalarle nada al Gobierno Vasco, porque la materialización de las transferencias es fruto del trabajo de todas o casi todas las fuerzas que estamos en el Parlamento, me preocuparía que una reclamación tan amplia de esta cámara como es completar el Estatuto de Gernika se quedase una vez más en el tintero y al albur de los negocios que pueda hacer el Gobierno Vasco con el central, en lugar de concebirlo como un derecho que tenemos. También generaría una inestabilidad en la política vasca porque el PSE gobierna con el PNV. ¿Cómo se van a posicionar? ¿Van a adoptar la posición centralista del Estado? ¿Van a reclamar las competencias aquí y las van a rechazar allá?