El designado primer ministro de Portugal, el socialista António Costa, empezó ayer a sondear a los partidos de la izquierda en busca de posibles alianzas que respalden su futuro Gobierno y le garanticen una legislatura estable. Tras ser designado primer ministro el martes por la noche por el presidente luso, Marcelo Rebelo de Sousa, Costa debe ahora buscar apoyos para garantizar que su programa de Gobierno no es rechazado en la Asamblea de la República, donde se presentará previsiblemente a finales de mes.

Pero aunque la izquierda ha manifestado que en principio no planea torpedear la investidura de Costa, encontrar acuerdos para garantizar que pasará cuatro años en el cargo sin sobresaltos no parece tan fácil, ya que la mayoría de partidos no están dispuestos a firmar un compromiso para los próximos cuatro años. La excepción es el Bloco de Esquerda, que ya fue parte de la geringonça -como se conoce a la alianza de izquierdas que permitió la gobernabilidad los últimos cuatro años- y no recela de la idea de firmar un acuerdo para toda la legislatura, aunque con condiciones.

Costa acudió a última hora de la tarde de ayer a la sede del Bloco para profundizar en esas condiciones, que la portavoz del partido, Catarina Martins, ya recapituló el martes. Entre ellas se encuentran acabar con las últimas medidas de austeridad de la troika que siguen vigentes en la legislación laboral, combatir la precariedad, dignificar las pensiones, más inversión pública en sanidad, vivienda y transportes, mejores servicios públicos y una respuesta a la emergencia climática.

Los comunistas, que también recibieron ayer a Costa en su sede, rechazan cualquier tipo de acuerdo por escrito para la legislatura y aseguran que decidirán “caos a caso” cada propuesta que presenten los socialistas. Esta postura fue reiterada por el líder de la formación, Jerónimo de Sousa, quien recordó hoy que el PS se juntó con la derecha durante la pasada legislatura en materias en las que no contaba con el apoyo de sus socios de izquierda, como las VTC o la legislación laboral. A diferencia de hace cuatro años, a los socialistas les bastaría el apoyo del Bloco para garantizar su éxito en la Cámara. El PS suma 106 diputados -aunque podría obtener alguno más cuando se asignen los cuatro que proceden del voto en el extranjero- y le faltan diez para la mayoría absoluta; el Bloco consiguió 19. Pero aun así, Costa ha dejado claro que prefiere conseguir consensos con más partidos y por eso incluyó a otras formaciones de izquierda en sus encuentros de este miércoles, que arrancaron con Livre, novedad en el hemiciclo tras conseguir una diputada, Joacine Katar Moreira.

Katar Moreira reiteró tras la reunión que están disponibles para participar en una “unión multipartidaria” con la izquierda, pero no piensan en un acuerdo bilateral sólo con los socialistas. Costa se reunió después con el animalista PAN (Personas, Animales y Naturaleza), cuyo líder, André Silva, dijo ayer que tampoco quiere atarse a los socialistas durante cuatro años pero está disponible para acuerdos sobre temas puntuales. El PAN, que pasó de uno a cuatro diputados, mantuvo ayer la misma postura, aunque con un añadido: “Continúa todo en abierto”. El designado primer ministro, por su parte, no se rinde: subrayó que al PS y al PAN les unen prioridades como “acelerar la transición energética” o “el bienestar animal” y estudiarán “si eso se puede traducir en un acuerdo de legislatura”.

Costa también se reunió con Los Verdes, que están disponibles para llegar a “apreciaciones conjuntas” en asuntos como presupuestos o mociones de censura y ya anunciaron que votarán a favor de todas las propuestas que busquen “justicia social y equilibrio ambiental”.