pamplona - El IRPF de las madres va camino de convertirse en el monotema de la derecha en este comienzo de legislatura. El problema gusta a Navarra Suma no tanto por su complejidad técnica sino como instrumento para tratar de enfrentar al PSN con sus socios, sin de momento ningún éxito. Por eso, ayer la presidenta Chivite afeó a Esparza que lleve desde las elecciones forales “mintiendo” y que ahora, con el IRPF de maternidad, siga utilizando a las madres para vender una posibilidad -la de la exención retroactiva- cegada por los tribunales.

“La exención retroactiva de las retenciones de IRPF no es una solución legalmente viable”, apuntó Chivite, en la medida en la que “supondría conculcar la seguridad jurídica y este Gobierno lo que va a hacer es dar una solución pero siempre con garantías jurídicas”. Y no permitió al portavoz de la coalición de las derechas que la acuse de mentir por sostener una posición diferente cuando todavía no se conocía una sentencia que, dijo, a todos les hubiese gustado que se resolviese de otro modo. Así que, ahora, Chivite aboga por un sistema garantista y posible, el de las deducciones, que además es “una solución beneficiosa para las rentas medias y bajas”.

“No voy a permitir que me acuse de mentir, que usted lleva mintiendo desde el día de las elecciones, así que lecciones en este sentido, ninguna”, zanjó Chivite, que abordó la eterna contradicción de la derecha: asumir las sentencias que le son favorables y pedir que no se respeten las que no les gustan. “Que diga que una sentencia es una excusa me parece un discurso más que peligroso. No quisiera interpretar que quiere que el Gobierno contravenga un pronunciamiento de los tribunales, porque es poco menos que pedir a un Gobierno que actúe como le venga en gana. Este Gobierno va a cumplir lo que dicen los tribunales. A todos nos hubiera gustado que la sentencia hubiera sido positiva para las madres, pero respetamos la separación de poderes”, subrayó.

Mientras tanto, Esparza arremetió con los argumentos de siempre: que la devolución es una cuestión de voluntad política que el PSN no acomete por no desairar a sus socios, que le habrían impedido dar ningún paso parecido.- D.N.