Madrid - El jefe del Gobierno en funciones, Pedro Sánchez, y el líder de Unidas Podemos, Pablo Iglesias, sellaron ayer, con un nuevo abrazo y una amplia sonrisa, el “histórico” acuerdo para el primer ejecutivo de coalición de la democracia, en un acto sin presencia de redactores y sin preguntas.

El salón Chimenea del Congreso fue el escenario de la firma del acuerdo entre Sánchez e Iglesias, después de que el pasado 12 de noviembre, dos días después de las elecciones, rubricaran su deseo de coaligarse en un acto similar, que pasó a la historia por el efusivo abrazo en el que se fundieron ambos líderes.

Con las banderas de España y la UE de fondo y sin más decorado que la mesa para la firma y un atril, Sánchez e Iglesias escenificaron su pacto en presencia de los equipos negociadores de PSOE y Unidas Podemos y cargos del Gobierno en funciones.

Aunque Sánchez dio las gracias a los medios de comunicación por acudir a la comparecencia, sólo se permitió la presencia de los reporteros gráficos, puesto que los redactores se tuvieron que quedar fuera y sin opción a hacer preguntas. Hace mes y medio, el acto también se limitó a una declaración de los dos líderes, aunque sí hubo algunos informadores en la sala.

Tanto Sánchez como Iglesias dieron las gracias a los integrantes de sus equipos por la contribución al acuerdo. En particular, Iglesias destacó el papel de la ministra de Hacienda en funciones, María Jesús Montero, y del secretario de Acción de Gobierno de Podemos, Pablo Echenique.

“Han hecho un esfuerzo enorme para presentar un documento que tenemos ahora la obligación de convertir en políticas de gobierno, pero que es en sí mismo histórico”, resaltó el futuro vicepresidente del Ejecutivo si prospera la investidura.

Iglesias confesó que va a ser “un honor” que Sánchez sea su presidente y compartir Consejo de Ministros con cargos socialistas.

El presidente del Ejecutivo en funciones compartió con su socio de coalición la “generosidad y la enorme dosis de responsabilidad” mostradas “en estos meses difíciles, pero que han llevado a buen puerto”.

Además de Montero, por parte socialista fueron testigos del nuevo abrazo de Sánchez e Iglesias la portavoz parlamentaria, Adriana Lastra; su número dos, Rafael Simancas; el secretario de Coordinación Territorial del PSOE, Santos Cerdán; y el líder del partido en Madrid, José Manuel Franco, entre otros.

Unidas Podemos estuvo representada por el coordinador federal de IU, Alberto Garzón, y los diputados Ione Belarra y Juantxo López de Uralde.

Enfrente de los dirigentes de dos partidos, se situaron varios cargos de la Moncloa, como el jefe de Gabinete de Sánchez, Iván Redondo, y el secretario general de Presidencia, Félix Bolaños. De todos ellos, Sánchez valoró que hayan podido “conciliar todos los intereses y el enorme caudal de propuestas” para hacer realidad el gobierno progresista.

Antes y después de la firma, los miembros de ambas delegaciones se saludaron y conversaron de forma distendida y cordial para celebrar el acuerdo negociado con gran discreción desde hace varias semanas. Tras rubricar el texto, hubo un primer apretón de manos de Sánchez e Iglesias, que, sonrientes, se abrazaron cuando uno y otro terminaron de pronunciar su declaración ante la prensa. Ninguno de los dos dirigentes concretó cuándo podría ser el debate de investidura, que ahora depende de la decisión que adopte ERC. “Estamos deseando ponernos a trabajar lo antes posible. Ojalá la investidura sea pronto”, se limitó a decir Iglesias.

Sobre el formato del acto, el PP lamentó que PSOE y Unidos Podemos hubieran pasado de “las retransmisiones en streaming a censurar la entrada de periodistas al estilo chavista”. “El periodismo merece un respeto y no portazos como comienzo del futuro gobierno que quieren formar Sánchez e Iglesias”, demandó el PP en un mensaje en su cuenta de Twitter obviando las comparencias de Mariano Rajoy a través de una pantalla de plasma. - D.N.

Deber. La Asociación de la Prensa de Madrid (APM) expresó su “enérgica” protesta por el trato a la prensa en la presentación del acuerdo. “El deber de los responsables políticos es someterse al escrutinio de la opinión pública a través de los medios de comunicación, en el marco del respeto a la libertad de expresión”, defendió.