El PP y Ciudadanos han criticado y protestado por las palabras de EH Bildu sobre el rey durante la sesión de investidura, y han pedido que se retiren por considerar que son "descalificaciones" o que incluso se ha llamado "fascista" al jefe del Estado, según la formación naranja.

Los reproches han comenzado cuando la portavoz de EH Bildu, Mertxe Aizpurua, ha criticado la "tendencia" a aplicar "recetas autoritarias" para "problemas políticos" y ha dicho que el discurso del rey tras el referéndum ilegal del 1 de octubre fue "una de sus expresiones más evidentes" de esa actitud.

Tras terminar este turno de intervención, el líder del PP, Pablo Casado, ha pedido la palabra para asegurar que había sido "la intervención más nauseabunda" realizada en el hemiciclo y que había supuesto un momento "infame" para el Congreso.

Ha recriminado que la presidenta del Congreso, Meritxell Batet, no haya llamado al orden a Aizpurua, como considera que era su obligación en virtud del artículo 103 del Reglamento, cuando "ha vertido descalificaciones y conceptos injuriosos" contra el jefe del Estado.

Pero ha considerado aún "más escandaloso" que el candidato socialista, Pedro Sánchez, no haya salido a "defender" la Constitución, ni las instituciones, ni a las víctimas del terrorismo frente a la portavoz de EH Bildu, algo que le parece "intolerable" e "inaceptable".

Su intervención ha terminado con sus diputados en pie aplaudiendo y gritando "Libertad, libertad", así como también aplausos por parte de los de Vox y Ciudadanos.

Batet ha advertido hasta en dos ocasiones a Casado de que no estaba en el uso de la palabra y ha pedido a los diputados que "apliquen el mismo respeto al precepto constitucional de libertad de expresión" y al turno de los demás porque ya han pasado otras épocas en que "no se permitía la crítica ni al Gobierno ni a las autoridades".

Y tras constatar que ahora España vive una "democracia plena" ha advertido de que para garantizarla hay que asegurar también la libertad de expresión en el Congreso "y es lo que va a hacer esta Presidencia", ha concluido.

Por su parte, el portavoz adjunto de Ciudadanos, Edmundo Bal, ha invocado al artículo 72 del reglamento del Congreso que permite llamar al orden cuando se falta al decoro de las instituciones del Estado porque, ha dicho, eso es lo que ha sucedido con la portavoz de EH Bildu cuando ha asegurado que España es un país autoritario.

"Autoritario significa ser antidemocrático y no defender los derechos fundamentales", ha afirmado Edmundo Val, que ha añadido que la diputada vasca "ha llamado al jefe del Estado fascista", mientras ella negaba con la cabeza.

"Hemos esperado con prudencia a que el candidato a presidente del Gobierno defendiera al jefe del Estado. No lo ha hecho", se ha quejado el portavoz adjunto de Ciudadanos.

Bal ha exigido a la presidenta del Congreso solicitar a la diputada de EH Bildu retractarse de estas manifestaciones y que se borren del diario de sesiones las alusiones al jefe del Estado.

La intervención de la portavoz parlamentaria de EH Bildu, Mertxe Aizpurua, ha sido recibida este domingo en el Pleno de investidura del candidato socialista, Pedro Sánchez, con gritos de "asesinos" o "terroristas".

Prácticamente desde que ha subido a la tribuna, desde la bancada de la derecha, donde se encuentran ubicados el PP, Vox y Ciudadanos, se ha comenzado a interrumpir a la dirigente de Bildu. La primera vez cuando estaba criticando el discurso del Rey tras el referéndum ilegal del 1 de octubre de 2017.

Enseguida, se le ha dirigido un "asesinos" desde los escaños de la derecha del hemiciclo e incluso también se ha podido escuchar un "Viva el Rey".

El primer calificativo no ha pasado desapercibido para la presidenta del Congreso, Meritxell Batet, que ha tenido que intervenir en diversas ocasiones para pedir a sus señorías que guardaran silencio y que respetaran a la diputada que estaba en uso de la palabra.

Aizpurua ya era diputada en la legislatura fallida, aunque es la primera vez que Bildu logra grupo parlamentario propio al sumar cinco diputados y superar el 15% de voto en las tres provincias vascas y en Navarra.