Madrid - La portavoz de EH Bildu, Mertxe Aizpurua, recordó ayer a Pedro Sánchez que no puede formar gobierno sin la izquierda soberanista -los 18 votos de ERC y EH Bildu son claves para la investidura- y por eso le advirtió de que si no democratiza el Estado y respeta la plurinacionalidad y el derecho de autodeterminación, les tendrá enfrente. "Si lo que pretende es un lavado de cara del régimen del 78, nos tendrán enfrente", dejó claro la diputada vasca durante su intervención en el segundo día del debate de investidura, insistiendo en que "el autonomismo no es una solución" y en que "esa vía está agotada".

Lo hizo en un debate muy bronco, con continuas interrupciones desde la bancada del PP, Vox y Ciudadanos, que criticaron e insultaron a la diputada abertzale con gritos de "terrorista", "asesina" o "hija de puta". La presidenta del Congreso, Meritxel Batet, tuvo que llamar al orden en varios momentos y reclamar respeto a la libertad de expresión. Los portavoces de PP y Ciudadanos aprovecharon además la intervención de EH Bildu para tomar la palabra de forma excepcional y acusar al candidato socialista Pedro Sánchez de no defender ni la Constitución ni al rey, después de que Aizpurua afirmara que el Jefe del Estado tiene actitudes "autoritarias", en referencia a su discurso el 3 de octubre de 2017 tras declaración de independencia del Parlament. "Es un discurso nauseabundo. Vosotros nos matabais a nosotros", replicó Casado.

No fue algo improvisado. Ya en el momento en el que Aizpurua fue a tomar la palabra el diputado Adolfo Suárez Illana, que ocupa escaño junto en la tribuna, dio la espalda a la portavoz de EH Bildu en muestra de rechazo, mientras que varios diputados de Vox dejaron el hemiciclo subrayando su papel como víctimas del terrorismo. Si el sábado las críticas a Sánchez se centraron en su acuerdo con ERC, ayer era el momento de subrayar la abstención de EH Bildu.

Una actuación tal vez previsible, pero que volvió a evidenciar la tensión política que se ha instalado en un Congreso cada vez más polarizado, y que Sánchez trató de evitar rehuyendo el enfrentamiento. El candidato socialista tuvo una respuesta amable con la portavoz de EH Bildu, a quien agradeció la abstención de sus cinco diputados para facilitar su investidura. En sus dos réplicas a Aizpurua, Sánchez se limitó a insistir en la importancia de que haya una mayoría progresista en el Congreso y aseguró su disposición a debatir sobre la mejora del autogobierno o cumplir con su compromiso de dar a Euskadi todas las competencias que le otorga el Estatuto vasco.

Mayoría de izquierdas Y eso que en su intervención Aizpurua recordó a Sánchez que "no puede formar gobierno sin las izquierdas soberanistas" y esto, señaló, "es la gran paradoja" porque "no quería depender de las izquierdas independentistas" y por eso repitió las elecciones. Es más, reprochó a Sánchez que hiciera "continuos guiños a la derecha" para evitar la agenda independentista. No obstante, la diputada abertzale valoró el cambio de actitud del líder socialista al reconocer que los sentimientos no se imponen y hablar de respeto, abandonar la deriva judicial y que los conflictos políticos se resuelven con más política.

Aún así mostró su escepticismo sobre "la voluntad y capacidad real" de Sánchez para poder transitar por ese camino. "No basta con la apariencia y la estética, no basta con el halo histórico que nos recuerda al Frente Popular, son los hechos los que hablaran de ustedes", recalcó. En ese sentido, también exigió a Sánchez un referéndum como se ha hecho en Escocia, destacando que tanto el candidato y su próximo Gobierno "son el último tren" para resolver políticamente la cuestión vasca, catalana y gallega. En el programa de exigencias de EH Bildu también estuvo el acercamiento de los presos de ETA y acabar con una situación que considera "una anacronía y una injusticia de crueldad extrema" como la dispersión.

Reacciones La intervención de EH Bildu, y sobre todo, la respuesta que dieron los partidos de la derecha generó numerosas reacciones. El secretario general de Podemos, Pablo Iglesias pidió "respeto" para Aizpurua. "Todos los diputados del Congreso tienen derecho a tomar la palabra sin que les llamen asesinos o terroristas. Nosotros no llamamos fascistas, ladrones o criminales a los diputados de la derecha cuando toman la palabra. Debemos a la gente educación y respeto a las instituciones", afirmó en Twitter. En similares términos se pronunció el portavoz de ERC, Gabriel Rufián: "Patadas, golpes, vítores al rey, gritos de asesina y peticiones expresas de tamayazo desde la bancada de las derechas y no pasa nada. O se para institucionalmente este ambiente guerra civilista o llegará a la calle. Más aún", afirmó.

Opinión contraria mostró la presidenta de la AVT, Maite Araluce. "Después de oír a Bildu en el Congreso, no puedo quitarme las imágenes del atentado de mi padre de la cabeza y no puedo dejar de llorar. Que nadie me vuelva a decir que España ha derrotado a ETA", afirmó. En ese mismo sentido, José María Múgica, hijo del dirigente socialista Fernando Múgica, asesinado por ETA en 1996, criticó a Sánchez por aceptar la abstención de EH Bildu. "Que pretenda usted alcanzar la investidura con la ayuda del fascismo que nos asesinó en el País Vasco, produce una náusea infinita. Y un profundo desprecio", lamentó Múgica en una carta escrita a mano dirigida al candidato socialista, y que fue difundida en Twitter por Casado.

bronca premeditada. La intervención de Mertxe Aizpurua fue interrumpida en varias ocasiones por los diputados de PP, Ciudadanos y Vox con gritos como "asesina", "terrorista" o "fuera, fuera". Algunos diputados de Vox abandonaron el hemiciclo y Pablo Casado pidió la palabra para cuestionar que Sánchez no replicara con más dureza a la portavoz de EH Bildu. El candidato socialista se mantuvo serio y evitó el enfrentamiento.