Pamplona - Si de algo ha presumido siempre UPN ha sido de sido de su organización asamblearia. Todos los afiliados tienen voz y voto en sus congresos, cualquiera puede optar a sus cargos orgánicos y los debates internos son habituales en sus procesos congresuales. Y aunque todo ello siempre ha sido más formal que real, podría pasar a la historia del regionalismo si prospera la reforma estatutaria que plantea la actual dirección, y que recoge cambios de suficiente calado como para terminar como la tradición asamblearia del partido.

La propuesta, elaborada por el vicepresidente y exsecretario general, Óscar Arizcuren, propone terminar con el sistema de primarias para elegir a los candidatos al Parlamento, a las Cortes Generales y a los ayuntamientos de más de 10.000 habitantes. Una medida que se introdujo hace cuatro años como gesto de apertura, y que ha permitido a Sergio Sayas lograr la candidatura al Congreso en las dos últimas elecciones generales. Con la nueva redacción, será el consejo político quien decida si hay que celebrar o no primarias, con lo que la ejecutiva se garantiza el derecho a veto si ve margen para la sorpresa.

El documento propone además suprimir la elección individualizada de los principales dirigentes del partido: presidente, vicepresidente y secretario general, así como los miembros de la ejecutiva. Se pasará así al sistema de listas cerradas, lo que evita la entrada en la dirección de personas ajenas al círculo de confianza del presidente del partido. Los nuevos estatutos recogen además que el presidente del partido será el candidato a la presidencia del Gobierno, con lo que Javier Esparza se garantiza volver a encabezar la lista de UPN al Parlamento en 2023.

Se suprime también la limitación de mandatos, que estaba fijada en un máximo de ocho años para un mismo cargo político, aunque con un margen para excepciones. Algo que afecta al propio Esparza, parlamentario desde 2015, así como a otros dirigentes como Juan Luis Sánchez de Muniáin, Maribel García Malo o Iñaki Iriarte, que podrían repetir en el mismo puesto cuatro años más.

De momento se trata de solo un anteproyecto que se ha remitido ya a los algo más de 200 miembros del consejo político para que hagan sus aportaciones. Una vez recibidas, se elaborará el documento que servirá de punto de partida para su debate y aprobación en el próximo congreso. Por lo que es muy posible que en las próximas fechas se concreten algunas correcciones para matizar las reformas planteadas.

De hecho, estos cambios estatutarios planteados por la dirección han provocado un importante movimiento interno en UPN, y en algunos casos con abierto malestar. Por un lado, el de quienes observan con preocupación la deriva cada vez más presidencialistas del partido. Y por otro, el de quienes sospechan que detrás de todo hay una intento de garantizarse el control del partido ante la dificultad de recuperar el poder a medio plazo.

También han mostrado su rechazo quienes se han situado junto a Sergio Sayas, posible rival de Javier Esparza en el liderazgo del partido, y que ven en esta operación un intento de cerrar paso a sus aspiraciones en el próximo congreso. Sin primarias, con listas cerradas y la candidatura a la presidencia del Gobierno de 2023 amarrada por la ejecutiva actual, sus opciones de progresar en el partido se limitan sustancialmente. - I.F.