Pamplona - Entre vivas a España y a la Guardia Civil, el ruido de bombos y sirenas, y con muchas banderas pero casi ninguna de Navarra, en torno a 500 personas se concentraron ayer en Pamplona para rechazar la devolución a Navarra de la competencia exclusiva de Tráfico. Entre ellas destacados miembros de UPN, que no tuvieron reparo en compartir pancarta con la extrema derecha en una manifestación convocada por asociaciones de la Guardia Civil y de la Policía Nacional para pedir que Navarra no recupere una competencia histórica recogida en el Amejoramiento del Fuero, la ley que regula el autogobierno.

No fue un problema para ninguno de los cuatro partidos de derechas que secundaron la convocatoria (UPN, PP, Ciudadanos y Vox), y que compitieron en ver quién decía el mayor exabrupto. "La desaparición de la Guardia Civil de Navarra es una reivindicación histórica de ETA", argumentó Ana Beltrán (PP). "Es una vergüenza que nuestro presidente del Gobierno esté secuestrado por aquellos que quieren romper España", subrayó Miguel Ángel Gutiérrez (Ciudadanos) que apeló incluso a la memoria de Joseba Pagazaurtundua. Una carrera que acabó ganando Vox, que tiene menos complejo que ninguno para estas cosas, y que atribuyó la transferencia de Tráfico "al indigno pacto del ilegítimo presidente de España". Para la extrema derecha el Gobierno no es legítimo, así que tampoco lo son las decisiones que pueda tomar. Empezando por esta.

Algo que vinieron a respaldar las organizaciones sindicales, que aprovecharon para reclamar una "equiparación salarial" con el resto de cuerpos policiales, y que negaron al Gobierno central autoridad sobre la Guardia Civil. "Nosotros somos los garantes de la democracia en este país, y no podemos permitir que el presidente del Gobierno tome decisiones arbitrarias, con nuestro trabajo y con nuestras familias", defendió José María García, del sindicato de Policía Nacional JUPOL, que amenazó con recurrir a los tribunales.

Vox eclipsa a UPN Así que es normal que los concentrados, en un gran número llegados de fuera de Navarra (hasta tres autobuses vinieron de Asturias) recibieran con gritos y aplausos al número dos de Vox, Javier Ortega Smith, que ayer hizo de ídolo local. Había citado a los medios 15 minutos antes del acto, pero decidió aplazar su intervención hasta las doce en punto. Entre saludos, besos y selfies acaparó toda la atención mediática, relegando a un segundo plano al resto de líderes políticos. Sobre todo los de UPN, partido hegemónico en la derecha navarra, de tradición regionalista y foralista, diluido en una protesta contra una reclamación competencial que hasta hace poco tenía entre sus principios "irrenunciables".

No estuvo Javier Esparza. El presidente de UPN evitó la siempre comprometida foto con Vox, pero envió en su lugar una destacada delegación encabezada por el diputado Carlos García Adanero y varios miembros del grupo parlamentario de Navarra Suma. El representante de UPN en Madrid trató de matizar la posición de su partido alegando que "no es incompatible" que Navarra asuma "las competencias históricas que tiene" con que la Guardia Civil siga realizando sus funciones de tráfico.

Un sí pero no totalmente superado por el mensaje, mucho más duro y mucho más contundente, que la ultraderecha aporta al debate político. Y desacreditado por sus dos socios de coalición dentro de Navarra Suma, PP y Ciudadanos, que ayer volvieron a rechazar, sin ningún matiz, el traspaso de la competencia de Tráfico a Navarra. Algo que el portavoz del Gobierno foral, Javier Remírez, criticó ayer desde su cuenta de Twitter: "Hoy UPN ha dado una nueva muestra de desorientación, diluyéndose y yendo de la mano de quienes no creen ni en el autogobierno de una Navarra foral ni en la España plural". "No les distraigas, Javier", le respondió el filósofo y miembro de Geroa Bai, Daniel Innerarity.

Primer encuentro con el ministerio

Negociación pendiente. La consejera de Economía y Hacienda, Elma Saiz, destacó ayer la "buena sintonía" que encontró el pasado viernes con la ministra de Hacienda, María Jesús Montero, algo que consideró "un gran punto de partida" para abordar la actualización del Convenio Económico con el Estado para el quinquenio 2020-2024. Saiz acudió a Madrid para participar en el Consejo de Política Fiscal y Financiera con el resto de consejeros autonómicos. En la reunión de Madrid se acordó el objetivo de estabilidad presupuestaria de las comunidades autónomas para los próximos años, que establece un déficit máximo del 0,2% para 2020 mientras que la senda de futuro será del 0,1% en 2021 y del 0,0% para 2022 y 2023, alcanzando así el equilibrio presupuestario. Además, la regla de gasto se fija en el 2,9% para 2020. Navarra va a analizar ahora el nuevo escenario, pero de momento se sigue tomando como referencia "el objetivo de déficit cero" para este año. - E.P.