La política, últimamente, proporciona episodios chuscos: agrias polémicas por nimiedades, discusiones estériles y casos de hipersensibilidad política en los que todo ofende. La última prueba, una petición de Alberto Bonilla (Navarra Suma) para que el Parlamento investigue si Nuria Medina (PSN) utilizó sin permiso una sala de la Cámara para grabar un pequeño vídeo que se distribuyó por las redes sociales del PSN.

Hasta ahí llega la piel fina, hasta el punto de que Bonilla solicita que, en caso de que Medina haya usado la sala sin permiso, el Parlamento obligue al PSN a retirar el vídeo de sus redes. Medina aparece unas pocas veces en la sala Julia Álvarez Resano. Es una sala considerada de Presidencia, pero abierta al uso de los grupos cuando está disponible. Bonilla se queja de que se ha utilizado una “sala institucional” para un vídeo “de finalidad partidista”. Algo que, por lo demás, es bastante normal. De hecho, el 20 de febrero, Navarra Suma divulgaba un vídeo en el que la parlamentaria Marta Álvarez hacía unas críticas al PSN desde el atrio del Parlamento, el recinto en el que se llevan a cabo los actos más institucionales, como las tomas de posesión de los presidentes de Navarra.