Madrid, 16 mar (EFE).- La Fiscalía Anticorrupción y el juez de la Audiencia Nacional Manuel García Castellón se encuentran a la espera de que Suiza remita los datos sobre una fundación panameña vinculada a Juan Carlos I desde que la hizo una donación de 65 millones de euros a una cuenta de la que fuera su amiga Corinna Larsen.

Los fondos de esa Fundación, que, según un medio suizo, ascenderían a 100 millones de euros, se cree que procederían de comisiones por el AVE a La Meca (Arabía Saudí), y su vinculación con el rey emérito fueron descubiertos en el marco de una investigación de la Fiscalía de Ginebra a presuntos testaferros de Juan Carlos I en cuentas bancarias en ese país -Arturo Fasana y Dante Canónica-.

Es por eso que Anticorrupción, que tiene abiertas desde el pasado año unas diligencias de investigación en relación a esas posibles comisiones por la adjudicación del AVE a La Meca (Arabia Saudí), ha reclamado a Suiza los datos de que dispongan sobre esa fundación panameña, llamada Lucum.

Esa información, cuando se reciba, se judicializará y, según fuentes jurídicas, podría constituir una nueva pieza de la veintena que componen ya el caso Villarejo.

Se trataría de una especie de contrapartida a la documentación que García Castellón, a instancias de Anticorrupción, remitió en octubre a la Fiscalía suiza para que ésta la incorporase a su investigación a presuntos testaferros de Juan Carlos de Borbón.

Lo que se envió a Suiza fueron, fundamentalmente, los audios del encuentro que mantuvieron, en 2015 en Londres, el excomisario José Villarejo y la que fuera amiga íntima del rey emérito -descubiertas a raíz de la detención de policía en noviembre de 2017-.

A lo largo de la conversación grabada por Villarejo, y en la que también estuvo presente el expresidente de Telefónica Juan Villalonga, Corinna habló de un terreno en Marruecos a su nombre que atribuía al rey emérito, así como de cuentas en Suiza que habría tenido el monarca y que eran manejadas por testaferros, entre ellos su primo Álvaro de Orleans.

También hizo referencia a comisiones que el entonces rey de España presuntamente percibió por el contrato del Ave a La Meca (Arabia Saudí) adjudicado en 2011 a un consorcio de doce empresas españolas, entre ellas la constructora OHL.

Esas supuestas comisiones habrían ascendido a 80 millones de euros abonados a la mujer de un empresario saudí, quien habría entregado la mitad a un empresario español y éste a su vez le habría dado todo, o parte, a don Juan Carlos, según reveló.

El hallazgo de estos audios dio pie a la apertura de una de las primeras piezas del caso Villarejo, la número 5 del caso Tándem, conocida como Carol, que se cerró, a petición de la Fiscalía, al concluir que los datos que aportaba en esa conversación se referían a hechos ocurridos antes de la abdicación de Juan Carlos I, por lo que el rey era entonces inviolable.

Al cerrar la pieza, el juzgado acordó no obstante remitir a la Fiscalía la parte relativa al presunto cobro de comisiones por la obra del Ave y, meses después, Anticorrupción abrió las citadas diligencias de investigación, en cuyo marco, el fiscal Luis Pastor interrogó el pasado 12 de septiembre a Corinna en la sede del Serious Fraud Office (SFO) en Londres, donde reside la empresaria alemana.

Durante su declaración ante el fiscal español, Corinna aseguró no haber tenido "ninguna participación en el acuerdo del AVE" y que la información de la que disponía era "lo que terceros le dijeron".

Mientras se conocía que la Justicia española había pedido esos datos sobre las cuentas del rey emérito a Suiza, el diario Tribuna de Ginebra, publicó que el fiscal especial Yves Bertossa, que investiga esos hechos, encontró evidencias del movimiento de 100 millones de dólares por parte de los gestores de cuentas en Suiza, Dante Canónica y Arturo Fasana -que fue investigado en España por gestionar las cuentas que tenía en Suiza el líder de Gürtel Francisco Correa-.

En este marco, Bertossa tomó declaración el pasado 19 de diciembre a Fasana, Canónica y a Corinna Larsen, quien en sus audios aludió a ambos como presuntos testaferros del monarca.

Según el citado diario, la Fiscalía suiza considera que los 100 millones de dólares que llegaron a una cuenta en Panamá de la fundación Lucum proceden del rey saudí Abdul Aziz Al Saud, y que el beneficiario único de esa fundación sería Juan Carlos I.

Al estallar el escándalo de la cacería en Botswana en 2012 la entidad bancaria aludió a su "reputación" y le pidió que retirara los fondos.

Fue entonces cuando el dinero salió hacia una cuenta de Corinna Larsen en otro banco suizo con sede en Bahamas, si bien el monarca habría reservado un millón para otra "antigua amante" residente en Ginebra, según el periódico suizo.

A raíz de esta información, los abogados que representan a Corinna emitieron un comunicado en el que explicaban que en 2012 su cliente recibió un regalo "no solicitado" del rey emérito, "quien lo describió como una forma de donación para ella y su hijo, con los cuales él se había encariñado".

Otro diario extranjero, el británico The Telegrah, desvelaba este fin de semana que el rey Felipe VI es el segundo beneficiario de la cuenta de la fundación panameña vinculada a su padre y que está siendo investigada, lo que le llevó a anunciar este domingo que renunciaba a su herencia y retiraba la asignación al rey emérito.