- El Juzgado de lo Mercantil número 1 de Pamplona ha decretado que el concurso de acreedores de la empresa Davalor es culpable y que su promotor, el empresario Juan José Marcos Muñoz, debe ser inhabilitado para administrar bienes ajenos durante cinco años y debe asumir el sobrecoste que generó continuar con el proyecto hasta 2018 pese a que la empresa arrastraba problemas de insolvencia desde 2015. La justicia fija ese déficit en 3.491.832 euros, que tendrá que pagar Marcos teniendo en cuenta que la sentencia le priva de tener ningún derecho como acreedor. Se trata de un duro revés contra un proyecto que recibió casi 3 millones de euros por parte de la sociedad pública Sodena durante la legislatura anterior, que vio en la start-up de Marcos una interesante iniciativa de alta tecnología aplicada al campo de la salud con sello navarro que ha terminado naufragando por no haber encontrado un gran inversor privado. Contra la sentencia, notificada ayer a las partes, se puede formular recurso de apelación.

La sentencia se produce a raíz de la denuncia de varios acreedores y se centra en analizar si hubo mala gestión a la hora de decretar el concurso de la empresa, y si el retraso en reconocer que la firma iba mal agravó la situación económica. La jueza recuerda que el concurso necesario se decretó en julio de 2018, después de que lo solicitaran varios acreedores desde 2015 (luego serían IMS y Deloitte) y de que Davalor se negara, por última vez en abril de 2018, alegando que no existían ni una pluralidad de acreedores ni una situación de insolvencia.

Pero lo cierto es que la jueza da por válidos los informes de la administración concursal, que señalan que ya desde el ejercicio de 2015 la empresa presenta problemas de insolvencia.

La jueza considera acreditado que para entonces "la liquidez, el endeudamiento y la garantía" indican que la empresa "tenía dificultades para hacer frente a las obligaciones de pago", siendo insuficiente para responder su garantía patrimonial. "El ratio de solvencia es próximo a cero, los ratios de tesorería y liquidez son prácticamente nulos y el fondo de maniobra es negativo", se recoge en la sentencia, que además indica que la actividad de la empresa "tampoco generaba rendimientos de los que cupiera esperar obtener fondos para poder satisfacer las obligaciones sociales". Sobre todo si se tiene en cuenta que el producto que desarrollaba Davalor, las máquinas EVA -para hacer pruebas diagnósticas de la vista-, no llegó a comercializarse. Incluso en 2015 hay rastro, según el informe de la administración concursal que da por bueno la jueza, de "recargos y sanciones de organismos públicos por importe de 13.253 euros que revelan incumplimientos de obligaciones tributarias y de Seguridad Social".

De esta situación era consciente el propio Marcos, acredita la sentencia, que cita la memoria de cuentas de 2015 en la que el administrador reconoce que "no se están cumpliendo con los vencimientos de pago de al menos una parte de su deuda", pero que tampoco se plantea solicitar el preconcurso por eso. Davalor tiene sus razones. Marcos consideraba que presentar el concurso iba a provocar la liquidación de la sociedad, e incluso tilda de "temerario" el concurso porque "retrasó todo y casi expulsó al inversor interesado". Además, Marcos subraya que Davalor es una start-up cuyo análisis contable es diferente al de una empresa ordinaria, algo que insinúa que no se ha tenido en cuenta. La justicia rechaza estos argumentos, y la jueza concede que "el administrador estaba convencido del éxito del proyecto", pero también de la imposibilidad de cumplir con sus obligaciones, que empeoraron con el paso del tiempo y que motivan la condena.

Hay un último apunte que recoge la sentencia, que otra vez recurre al informe concursal: el "retraso significativo" que hubo a la hora de aprobar las cuentas y depositarlas en el registro pudo influir en la toma de decisiones de los proveedores. Davalor reconoce los retrasos, que para la justicia no son algo "secundario". "Los proveedores hubieran podido a su vista tomar determinadas conductas que la ignorancia de tales cuentas no les permitió, tal y como ellos mismos manifiestan en sus escritos", se concluye.

18,3

El proyecto, para hacer máquinas de diagnóstico de la vista, captó hasta 18,3 millones de 2.500 pequeños inversores, muchos navarros.

2,91

El Gobierno de Navarra vio que era un proyecto interesante y le concedió, a través de Sodena, ayudas por valor de 2,91 millones.