- El Gobierno alcanzó anoche un acuerdo con Ciudadanos (Cs) para que el partido de Inés Arrimadas apoye hoy en el Congreso la cuarta prórroga del estado de alarma. Pedro Sánchez se ha comprometido a mantener contactos semanales con Cs para informarle sobre la evolución de la crisis sanitaria, así como dialogar y, en su caso, consensuar medidas para la implementación del plan de desescalada. El Gobierno se compromete además a negociar la adaptación de los ERTE, las ayudas a las pymes y a los autónomos de manera que sigan vigentes tras el estado de alarma. Con su respaldo, Cs da aire al Gobierno, que veía peligrar la prórroga del estado de alarma, y que ahora prácticamente se asegura que salga adelante porque el PNV, con el que negocia su apoyo a cambio de fijar una “cogobernanza” de la crisis, como mínimo se abstendrá.

El sí de los diez diputados de Ciudadanos deja muy encarrilada la continuidad del estado de alarma. La suma de los votos a favor ya anunciados (PSOE, Unidas Podemos, Cs, Más País y Compromís) alcanza ya los 168 escaños, lo que hace que la posición del PNV sea decisiva en el caso de que el PP se decante hoy por el no.

Si así fuera, una abstención del PNV ya podría bastar para la autorización de la cuarta prórroga, aunque con un margen muy escaso.

El Ejecutivo español se ha abierto a retocar el decreto para garantizar la cogobernanza que exigen los jeltzales, poniendo fin al mando único, amén de las enmiendas al respecto que se presentarán en el Congreso y de recuperar la sintonía con la formación naranja, que, como los populares, insta a desvincular las ayudas sociales de esta nueva ampliación.

A Sánchez le basta la mayoría simple, más votos a favor que en contra, pero confía aún en que la suma de noes y abstenciones no sea mayor que los respaldos que obtenga. Además de los republicanos, JxCat y la CUP, la tripleta soberanista catalana, rechazarán extender la excepcionalidad, al igual que Vox. Si el PP pasa al no, habría 164 escaños oponiéndose a la prórroga. Por ello, para atar más síes, si el PNV se abstiene, el Gobierno necesitaba a Ciudadanos ya que solo cuenta con los apoyos de los socios de coalición, PSOE y Unidas Podemos (155), y de alguna otra fuerza más pequeña como Más País (3), Teruel Existe (1) y PRC (1).

El BNG, por ejemplo, ya ha confirmado su abstención, y EH Bildu también parece estar en esa posición. Con PNV y Ciudadanos en el la votación ya sería cómoda (176 síes) y si el PP se abstiene finalmente la mayoría sería muy amplia. Fuentes parlamentarias señalaron anoche a este periódico que era casi imposible que el PP se opusiera frontalmente a la prórroga y otras del propio Partido Popular insinuaron que veían difícil votar en contra, con lo que tras el apoyo de Ciudadanos se daría por hecha la convalidación de la prórroga.

“Espero que el Gobierno español tenga en estas horas cintura política, tiene que haber un mando único compartido para la desescalada”, avisó ayer el presidente del EBB, Andoni Ortuzar, confiando en que habrá margen para que cada comunidad aplique sus medidas.

La derrota supondría un duro revés para Sánchez, que además es consciente de que le quedan otras dos peticiones similares para plantarse en la última fase de desescalada y que, con ello, crece el riesgo de perder la votación en un ambiente de reproches hacia su gestión de la crisis sanitaria, pese a sus reuniones dominicales con los presidentes de los distintos territorios.

El PP, sin alternativa a la figura constitucional restrictiva de derechos, se ha escorado hacia el acoso y derribo en competencia con Vox, refugiándose en la vinculación que, por ejemplo, hace el Ejecutivo de los expedientes de regulación de empleo temporal (ERTE) con seguir bajo la alarma.

Ahora bien, desde Génova podrían hacer seguidismo del presidente de la Xunta, Alberto Núñez, que rechaza prorrogar sine die esta situación pero admite que el Gobierno “necesite tiempo”. Aunque el secretario general del PP, Teodoro García Egea, censuró la amenaza del ministro de Transportes, José Luis Ábalos, de que “o hay alerta, o será el caos”, responsabilizando de las derivadas a la fuerza conservadora; los popularesveían “margen para negociar” instando al líder socialista “a moverse”. “

La respuesta del Gobierno a nuestros planteamientos fue mandarnos a Ábalos y a Echenique a amenazarnos, a realizar esos chantajes que ellos suelen utilizar, pero tenemos claro que no podemos permitir que Sánchez siga cómodo para que toda España siga confinada y sin tener como él dice, un plan B”, argumentó en Antena 3. El PP propone a Sánchez que sustituya el estado de alarma “por tres leyes fundamentales”: Ley de Seguridad Nacional, la Ley de Salud Pública y la Ley de Protección Civil.

Por su parte, el PNV presentará varias enmiendas para mejorar el decreto de alarma y, de aceptarse, “darían mucha tranquilidad” a Euskadi y al resto de territorios. Ortuzar incidió ayer en que toca “aumentar la corresponsabilidad, la cogobernanza y la codecisión”. A su juicio, no hay que confundir “mando único con mando unificado” y abogó por “dejar de sobreactuar porque no está en juego si este Gobierno cae o no, sino que tenemos enfrente algo mucho más serio que eso”. No obstante, el presidente del EBB recordó en Tele 5 que la Ley General de Sanidad también permitiría actuaciones similares a estar en alerta, aunque debe haber “voluntad política para compartir, entre todos, el diagnóstico de la situación y también las medidas que hay que poner en marcha y cómo en cada comunidad”.

Basta la abstención del PP. Si el PP pasa al ‘no’, habría 164 escaños oponiéndose a la prórroga, sumando los de Vox y los de las tres formaciones soberanistas catalanas principalmente. Para amarrar más ‘síes’, si el PNV se abstiene, el Gobierno necesita a Ciudadanos ya que solo cuenta con los apoyos de los socios de coalición, PSOE y Unidas Podemos (155), y de alguna otra fuerza más pequeña como Más País (3), Teruel Existe (1) y PRC (1), colocándose en 160. Si los jeltzales optan por el ‘sí’, se situaría en 166 porque los ‘noes’ difícilmente superarían los 164. Con PNV y Cs en el ‘sí’ la votación ya sería cómoda (176 ‘síes)’ y si el PP se abstiene la mayoría sería muy amplia. Si los de Génova rechazan el decreto, el Ejecutivo debe seducir a la marca de Inés Arrimadas.

Consecuencias del ‘no’. Se pondría fin al mando único; caería el confinamiento y, por ejemplo, no se podrían prohibir manifestaciones; no se controlaría la movilidad interprovincial; el Gobierno solo podría aislar a contagiados; y los ERTE seguramente acabarían.

Incertidumbre. UPN no des velará hasta hoy el sentido de sus dos votos en el pleno que decide hoy si, como es previsible, se aprueba la cuarta prórroga del estado de alarma. Los regionalistas, muy críticos con la gestión de Sánchez, van a esperar a ver si su posición es decisiva antes de decantarse por la abstención o el rechazo. Por su parte, EH Bildu, que el lunes anunció que se abstendrá, ha enmendado el decreto del estado de alarma para que las comunidades autónomas diseñen y ejecuten la “desescalada” y puedan decidir sobre la circulación de las personas y la reanudación de la actividad económica, aunque las pautas generales las marque el Ministerio de Sanidad. “La desescalada debe quedar en manos de las instituciones más cercanas porque es lo más eficaz en estos momentos, ya que son quienes mejor conocen la realidad tanto sanitaria como socioeconómica de su territorio y los problemas de su ciudadanía”, considera la coalición abertzale.

“No podemos permitir un Sánchez cómodo con toda España confinada y sin tener un plan B”

Secretario general del PP

“Espero que el Gobierno español tenga cintura política y que el mando único sea compartido”

Presidente del EBB del PNV