- El goteo de cambios en la cúpula de la Guardia Civil continúa, por lo que el Ministerio del Interior que dirige Fernando Grande-Marlaska sigue sumido en la inestabilidad y acumula un sobresalto por cada día que pasa. Tras la destitución del coronel Diego Pérez de los Cobos y la posterior dimisión del número dos del Cuerpo, Laurentino Ceña, ayer fue el número tres el que fue apartado de su puesto por orden del ministro. Se trata del jefe del Mando de Operaciones, el teniente general Fernando Santafé, que será sustituido por el general de división Félix Blázquez. Marlaska ha achacado estos cambios a una reestructuración de los cargos de confianza que se vio interrumpida por la pandemia, pero que ha retomado ahora. En este caso, la destitución ya estaba prevista pero se precipitó con la dimisión de Ceña: Santafé era su relevo natural por escalafón, pero el ministro situó como nuevo número dos al general Pablo Salas. Santafé no podía permanecer como número tres con un rango superior, por lo que ahora ha sido movido a otro puesto.

Mientras, la polémica por la destitución de Diego Pérez de los Cobos marcó el pleno de control al Gobierno español celebrado ayer en el Congreso, ante el que los grupos de la derecha maniobraron para hacer al ministro del Interior protagonista absoluto de la sesión al ser objeto de siete de las quince preguntas formuladas por la oposición. Los calificativos de grueso calibre y las peticiones de dimisión marcaron por tanto un pleno que coincidió con el inicio de los diez días de luto oficial por las más de 27.000 personas fallecidas por coronavirus. Marlaska negó haber sido conocedor del informe sobre las marchas del 8-M que estaría en el origen del cese de De los Cobos, aunque el nivel de crispación vivido ayer se puede ejemplificar con la afirmación del vicepresidente segundo y líder de Unidas Podemos, Pablo Iglesias, que acusó al PP de tratar de alentar una revuelta en el seno de las Fuerzas de Seguridad.

Respondía así al secretario general del PP, Teodoro García Egea, que acusó al Ejecutivo de "manchar el buen nombre de la Guardia Civil" al "fulminar a todo el que le molesta". A continuación recordó que, hace más de cien años, el fundador de la Guardia Civil, el duque de Ahumada, "se negó a cumplir una orden injusta del general Narváez" cuando este era presidente del Gobierno y prefirió dimitir. Se refería así a la dimisión del número dos de la Guardia Civil, el director adjunto de operaciones (DAO) Laurentino Ceña, oficializada el martes por su desacuerdo con el cese de De los Cobos. "Más de un siglo después, el general Ceña ha hecho lo mismo con su Gobierno. Ha preferido irse que tomar una decisión injusta. Si Roldán no consiguió acabar con la Guardia Civil, ustedes tampoco lo harán", dijo.

El encargado de responderle fue Pablo Iglesias, quien visiblemente enfadado preguntó al dirigente del PP si era "consciente de lo que acababa de decir". "¿Está llamando a la insubordinación de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado? ¿Está usted pidiendo que incumplan las órdenes que consideren, por iniciativa e incitación de ustedes, injustas? ¿Usted es consciente en su enorme lucidez de lo que está diciendo aquí? Sean prudentes, que nos estamos jugando la democracia", exigió. Acusó por ello a la formación popular de "echarse al monte" con Vox en lugar de "arrimar el hombro" en el proceso de reconstrucción tras la pandemia del coronavirus.

El tema estrella del pleno debía ser el pacto del PSOE, Unidas Podemos y EH Bildu suscrito la semana pasada, según el cual la formación aber-tzale evitaba obstaculizar nuevas prórrogas del estado de alarma a cambio de la derogación de la reforma laboral. Un asunto que provocó una gran polvareda y al que el PP, Vox y Cs orientaron sus preguntas, registradas la semana pasada. Hasta la tarde del martes, cuando cambiaron seis de las preguntas para dirigir su estrategia contra Marlaska, debido a los cambios acometidos en la Guardia Civil y a la imprevista aprobación, el martes en Consejo de Ministros, del último tramo de la equiparación salarial de los cuerpos policiales, lo que la oposición interpreta como un intento de aplacar a las Fuerzas de Seguridad.

En su respuesta a las preguntas sobre su gestión, Fernando Grande-Marlaska mantuvo como argumento que desconocía el informe que la Guardia Civil realizó a instancias de la jueza instructora que ha imputado al delegado del Gobierno en Madrid por presunta prevaricación por permitir el 8-M, y que nunca, ni antes como juez ni ahora como ministro, ha incurrido en injerencias. Tras criticar que la oposición se afane en "instrumentalizar" las Fuerzas de Seguridad y el poder judicial, insistió en que no se improvisó la equiparación salarial, que supondrá un incremento del 20% del sueldo de Policía Nacional y Guardia Civil, por lo que negó que sea una cortina de humo.

"No ha habido ni habrá ninguna injerencia mientras sea ministro del Interior. Hay un informe que desconozco y que está donde debe estar, en la autoridad judicial para que lo valore", dijo Marlaska. La diputada de Vox Macarena Olona le acusó de "traicionar" los principios que tuvo como juez y calificó su conducta de "profundamente miserable, mentirosa y presuntamente delictiva". El portavoz de Cs Edmundo Bal le reprochó a su vez que use "coacciones y amenazas de ceses" ante "honestos funcionarios".

Antes de que Marlaska subiera al atril de oradores, el rifirrafe entre el presidente del PP, Pablo Casado, y el presidente español, Pedro Sánchez, también sacó el tema de la Guardia Civil a relucir. Aunque su pregunta versaba sobre la reforma laboral tras el acuerdo con Bildu, Casado aseguró que "desde Roldán nadie había manchado así a la Guardia Civil", tras lo que pidió la destitución del ministro del Interior porque, según su parecer, "sobra en esta farsa, ya convertida en tragedia". Sánchez respondió que "usted concursa y compite con la señora Ayuso en posados" y le instó a reflexionar por situarse "al ladito de la ultraderecha" y "empezar a parecer lo mismo" que Vox, lo que es un "problema para la democracia española".

Los evangelistas. El informe de 81 folios de la Guardia Civil sobre el 8-M y la gestión de la crisis sanitaria que ha provocado la destitución de Diego Pérez de los Cobos incurre en numerosas inexactitudes, bulos e interpretaciones sesgadas, tal y como se ha revelado tras su filtración. Así, uno de sus argumentos principales, que el Ministerio de Sanidad impidió un congreso evangélico a mediados de marzo en Madrid, pero no las marchas del 8-M, omite que a dicha cita estaba prevista la asistencia de 8.000 personas, muchas de ellas procedentes de países que ya entonces se consideraban "de alto riesgo", incluyendo de Asia. Otros convocantes de otras marchas han desmentido que el Gobierno vetara su celebración, ya que "la suspensión fue una decisión propia".

Pandemia global. La Guardia Civil, en calidad de policía judicial, sitúa la declaración de la pandemia global por parte de la OMS en enero, mucho antes de la fecha real, el 11 de marzo, tres días después de las marchas por el Día de la Mujer. El Gobierno español decretó el estado de alarma para hacer frente a la expansión del coronavirus tres días después, el 14 de marzo.

Guantes morados. El informe utiliza un bulo difundido por Vox, que la ministra de Educación Isabel Celaá llevaba guantes morados en la manifestación del 8-M para prevenir contagios, cuando se demostró que ella y otros cargos socialistas ya los habían portado en anteriores convocatorias por su significado reivindicativo.

Declaración manipulada. Según 'eldiario.es', los redactores del documento llegaron a manipular la declaración de un testigo. El informe asegura que la convocatoria de una movilización de CGT para el 10 de marzo por el despido de una afiliada se canceló el 6 de marzo "dada la situación y riesgos de contagio debido al coronavirus", y atribuye esa frase al convocante. El responsable sindical trasladó en cambio a la Guardia Civil que "se suspendió por considerar mejor otra fecha más próxima al juicio que se iba a celebrar por el despido a finales de marzo".

"No ha habido ni habrá ninguna injerencia mientras sea ministro del Interior"

Ministro del Interior

"Sean ustedes prudentes, que nos estamos jugando la democracia"

Vicepresidente segundo del Gobierno

"Sobra en esta farsa, desde Roldán nadie había manchado así a la Guardia Civil"

Presidente del PP