- La tensión entre China y EEUU alcanzó ayer nuevas cotas después de que la Administración Trump añadiera a otra multinacional, Tencent, a su campaña contra las tecnológicas del país asiático. El presidente de EEUU, Donald Trump, firmó este jueves una orden ejecutiva por la que prohibe cualquier transacción o negocio con las chinas ByteDance, desarrolladora de la plataforma digital TikTok, y Tencent, propietaria de la plataforma WeChat, red social china equivalente al WhatsApp de occidente y que tiene más de 100 millones de usuarios estadounidenses, en un plazo de 45 días "para proteger la seguridad nacional", en palabras del mandatario. El ataque, además, ocurrió en vísperas de la visita de mayor rango a Taiwán de un político estadounidense, el secretario de Salud y Servicios Humanos Alex Azar, en los últimos 41 años. Cabe señalar que Pekín considera a la isla una provincia rebelde que debería estar plenamente integrada en la República Popular China.

El portavoz del ministerio de Exteriores chino, Wang Wenbin, calificó la orden de Trump de "desvergonzado acto de hegemonía" y pidió a Washington que "deje de politizar los asuntos económicos y de oprimir a las empresas". Según el ministro, EEUU usa la seguridad nacional "como excusa para abusar del poder estatal y frenar a las empresas sin ninguna base" con fines políticos.

"Estados Unidos probará en última instancia el amargo fruto de elegir el interés propio sobre los principios de mercado y las reglas internacionales, lo que solo conducirá a un declinar de su moralidad, su imagen nacional y su confianza internacional", sentenció. Pekín, dijo, defenderá los derechos e intereses legítimos de las empresas chinas, y Estados Unidos deberá "asumir las consecuencias de sus acciones", aunque no proporcionó más detalles sobre posibles represalias.

Por su parte, la dirección TikTok aseguró ayer que están dispuestos a llevar el caso ante los tribunales. La red social, que cuenta con unos 1.200 millones de usuarios en China, cree que no se han respetado los procedimientos legales, y que el Gobierno de EEUU nunca se ha prestado a buscar una "solución constructiva".

La empresa china aseguró que los datos de los usuarios que recaba entran dentro del "estándar de la industria para miles de aplicaciones móviles en todo el mundo" e insistió en que nunca ha compartido datos con el Gobierno chino ni tampoco ha censurado contenidos a petición de Pekín. "Incluso hemos expresado nuestra disposición de pactar una venta completa de nuestros negocios en Estados Unidos a una compañía estadounidense", señaló la plataforma, en referencia a las negociaciones abiertas con Microsoft que, de cerrarse, podrían permitirle seguir activa en EEUU.

Pero mientras Pekín parece dispuesto a aguantar estoicamente la acometida de Trump contra sus empresas tecnológicas hasta las elecciones presidenciales estadounidenses de noviembre, la visita de mayor rango de EEUU desde 1979 a Taiwán, prevista para el próximo lunes, parece levantar más ampollas en el Gobierno chino, que considera la visita una "línea roja", la "más sensible e importante" en su relación con Washington. El secretario de Salud y Servicios Humanos estadounidense, Alex Azar, llegará el domingo a Taipéi y a partir del lunes comenzará su agenda oficial, que incluye reuniones con la presidenta taiwanesa, Tsai Ing-wen, y varios ministros.

Por "socavar la autonomía". En un nuevo gesto de tensión con China, EEUU anunció ayer sanciones económicas contra Carrie Lam, jefa del Gobierno de Hong Kong, y contra otros diez altos cargos de la excolonia británica, por "socavar la autonomía" y "restringir la libertad de expresión y reunión". "Estados Unidos defiende al pueblo de Hong Kong y usaremos nuestras herramientas y autoridad para perseguir a aquellos que socavan su autonomía", dijo Steven Mnuchin, secretario del Tesoro de EEUU, que acusó a Lam de ser "directamente responsable de implementar las políticas de Pekín de supresión de las libertades y procesos democráticos".