- Un año después de que Navarra Suma se autoexcluyera de la negociación presupuestaria, la coalición de UPN, PP y Ciudadanos no quiere volver a quedar fuera del debate político más importante del año. Por ello, en la reunión por videoconferencia que mantuvo con el Gobierno, trató de torpedear la fluida relación entre los socios del Ejecutivo (PSN, Geroa Bai y Podemos) y EH Bildu con un supuesto cheque en blanco para facilitar la aprobación de los Presupuestos de 2021.

“Más fácil no se lo podemos poner a Chivite para no tener que seguir optando por el independentismo vasco”, señaló Javier Esparza en un comunicado tras el encuentro telemático que mantuvo con Chivite, a quien pidió que “se separe de Bildu para no seguir ligando el futuro de Navarra a la izquierda radical abertzale”.

Después de hacer una dura oposición en los primeros 16 meses de legislatura, Esparza se presentó con la piel de cordero. “Hemos querido hacer un enorme ejercicio de responsabilidad”, apuntó el presidente de UPN, quien trasladó al Gobierno una serie de propuestas cuya incorporación a los Presupuestos “no sería necesaria” para que la derecha facilitara su aprobación absteniéndose.

No parece, sin embargo, que el Gobierno vaya a morder el envenenado anzuelo que le tiende la derecha hasta el punto de que incluso el propio Esparza es consciente de ello. “Nosotros lo hemos intentado y habrá que ver cuál es la decisión de Chivite”, añadió en el comunicado remitido a los medios, en el que critica a los socialistas.

“El PSN se retrata a sí mismo cuando considera que quien fomenta la división en Navarra es Navarra Suma, y no Euskal Herria Bildu”, dijo Esparza, quien mostró su “extrañeza porque el portavoz del PSN, Ramón Alzórriz, considere un “chantaje” la propuesta de Navarra Suma.