- A punto de que se cumpla un año de la dimisión del primer ministro Saad Hariri bajo la presión de las calles, el presidente del Líbano, Michel Aoun, volvió a designarle ayer para formar Gobierno, lo que supone el tercer nombramiento de un dirigente en el Líbano en apenas doce meses.

Es también la tercera vez que el político suní ocupa el cargo y la cuarta vez que vaya a liderar un Ejecutivo, ya que durante su segunda etapa como mandatario el país estuvo nueve meses sin Gobierno.

La candidatura de Hariri ha sido respaldada por 65 de los 118 diputados que han participado en las consultas parlamentarias. El líder aseguró que va a encabezar un Gabinete de ministros “que no procedan de partidos políticos”, con el objetivo de emprender reformas económicas, financieras y administrativas “que sigan la hoja de ruta propuesta por iniciativa francesa”.

Hariri, prometió a unos ciudadanos hastiados de la élite política formar gobierno “con la mayor brevedad posible”. Pero la promesa no fue suficiente para evitar protestas en el distrito de Metn, al este de la capital y el enfado de los manifestantes que en octubre de 2019 pidieron el cese de toda la clase dirigente libanesa y causaron la caída del último ejecutivo del recién elegido.

El Líbano está sumido en su peor crisis económica desde el final de la guerra civil (1975-1990), con una moneda que pierde valor cada día que pasa y una inflación superior al 100% en comparación con datos de 2019.

La explosión del pasado agosto de 3.000 toneladas de nitrato de amonio en el puerto de Beirut, la capital, devastó buena parte de la ciudad y provocó la dimisión de Hasan Diab y su gobierno. Su sucesor, Mustafá Adib, también tiró la toalla hace un mes tras no conseguir formar Gobierno. Hariri retoma ahora las riendas de un país que atraviesa su peor momento en un siglo de existencia, asolado por una triple crisis: sanitaria, económica y político-social.