El Gobierno de Navarra emitirá el próximo año 461 millones de nueva deuda pública para cubrir el déficit presupuestario. Aunque Hacienda estima una recuperación paulatina de los recaudación a lo largo 2021, no será suficiente para mantener todo el volumen de inversión pública, que crecerá un 5% respecto al año anterior. El Ejecutivo autonómico ha optado por un presupuesto expansivo que evite los recortes y atienda las necesidades generadas por la covid, y cubrirá con deuda pública el 2,2% del déficit autorizado por el Estado.

Será en cualquier caso un año con muchas incertidumbre, tal y como recoge el informe de política económica que acompaña al proyecto de Presupuestos, cuya tramitación avanza ya en el Parlamento. “El grado de incertidumbre que conlleva la elaboración de las previsiones de ingresos tributarios es elevado y esta incertidumbre se ve incrementada por la situación sanitaria que estamos viviendo”, asume el Departamento de Economía y Hacienda, que admite que todo el cuadro macroeconómico previsto para el próximo año depende tanto de la propia evolución de la economía navarra como del comportamiento de los propios contribuyentes. Lo que invita a tomar con prudencia la estimación de ingresos.

No obstante, los presupuestos parten de una previsión de mejora de la recaudación del 8,4%. Un repunte vinculado sobre todo al IVA y a los impuestos indirectos, que rebotarán un 13,3%. Las cifras no obstante, son peores que las previsiones iniciales para este 2020, previas a la pandemia. De esta forma, la recaudación de 2021 será un 5,7% inferior a los ingresos que hubiera tenido Hacienda este año en circunstancias normales, lo que evidencia que el ejercicio presupuestario próximo seguirá siendo todavía extraordinario.

Un escenario que obligará a cubrir todo el déficit con deuda pública. Serán 461,8 millones de nuevo endeudamiento, lo que unido a los vencimientos previstos el próximo año y a las cancelaciones anticipadas, dejan unas necesidades de financiación de 813 millones para el año que viene. La deuda se vuelve a disparar así por segundo año consecutivo y tras la progresiva reducción que se había logrado en los ejercicios anteriores.

La previsión para 2022 es volver a la senda de la estabilidad presupuestaria, cercana al 0% de déficit, para cumplir con las normas de austeridad suspendidas solo para los ejercicios de 2020 y 2021. Algo lejano en cualquier caso, y que dependerá en buena medida de la evolución sanitaria a lo largo de los próximos meses. Un ajuste tan severo de golpe requeriría de un importante recorte presupuestario que ninguna administración pública quiere asumir.