- El presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, rompió ayer su silencio respecto al cuestionamiento de la "normalidad democrática" del Estado que viene realizando el vicepresidente segundo y líder de Unidas Podemos, Pablo Iglesias, y defendió que la integración social y territorial suponen la "base de la legitimación del sistema democrático". Durante el acto de presentación en Moncloa de la Estrategia España Nación Emprendedora, en el que no hizo referencia expresa a las críticas de Iglesias, Sánchez añadió que "cuando uno sale de España, se da cuenta de las grandes potencialidades y ventajas y de la enorme suerte que tenemos de haber nacido, crecido y poder vivir en este gran país", zanjó.

Estas afirmaciones no apaciguaron el incendio en el seno del Gobierno de coalición del PSOE y Unidas Podemos, que siguió ardiendo con intensidad en primer lugar porque Iglesias se reafirmó en las polémicas declaraciones que trasladó el pasado lunes al diario Ara. "Estoy orgulloso de decir la verdad dentro del Gobierno. Es una obviedad decir que vivimos en una democracia mejorable", afirmó ayer en la emisora RAC1. "El hecho de que moleste tanto es la prueba de que es la puñetera verdad", añadió, y como ejemplos de esta falta de democracia plena citó la "huida" del rey emérito a Emiratos, la orden de ingreso en prisión del rapero Pablo Hasél, el bloqueo de la renovación del CGPJ o la mediación que realizó el dirigente del PP Enrique López entre el abogado de su formación y el entorno del extesorero Luis Bárcenas.

Entre las voces del propio Ejecutivo que le contestaron de forma más contundente, la ministra de Defensa, Margarita Robles, afirmó ante toda la cúpula militar que "España es una democracia plena, una de las más avanzadas del mundo, con instituciones sólidas, con derechos y libertades consolidadas". Robles, que ejerce con asiduidad el papel de azote de Iglesias, recordó que ella ha formado parte durante su carrera profesional de los tres poderes del Estado -el ejecutivo, el legislativo y el judicial- y defendió el funcionamiento e independencia de cada uno de ellos. Tras admitir que todo puede mejorar, insistió en que España "no tiene nada que envidiar a ningún país del mundo" en cuanto a sus principios democráticos. Al contrario, subrayó que es "ejemplo" para muchas otras naciones.

El cruce de declaraciones entre los integrantes del Consejo de Ministros tuvo ayer muchos más protagonistas, en la antesala de las elecciones en Catalunya que se celebran este domingo. La ministra de Igualdad, Irene Montero, difundió en Twitter parte de la entrevista de Iglesias en RAC1 y apostilló: "Decir que a nuestro país le queda por avanzar en valores democráticos es decir la verdad. Servicios públicos, blindaje de lo común e igualdad para todas y todos". La secretaria de Estado para la Agenda 2030, Ione Belarra, respondió a Robles que "reconocer las limitaciones de nuestro sistema democrático es la única forma de buscar soluciones para avanzar en derechos humanos y justicia social".

En el lado contrario, la vicepresidenta primera, Carmen Calvo, reivindicó la "grandísima democracia" que ha demostrado ser España en estos últimos 42 años, y el ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, ensalzó la "democracia moderna, avanzada y libre que sin duda somos". En este contexto, exdirigentes socialistas como Joaquín Leguina, José Luis Corcuera o Francisco Vázquez, junto a intelectuales y políticos de otros partidos como PP y Cs, firmaron el manifiesto Cesar en la infamia que reclama el cese de Iglesias por ponerse "al lado del crimen" y "difamar" las instituciones públicas. "El experimento ha agotado su curso", concluyeron respecto al Gobierno de coalición.

"España es una democracia plena con derechos y libertades consolidadas"

Ministra de Defensa

"Decir que vivimos en una democracia mejorable es la puñetera verdad"

Vicepresidente segundo del Gobierno