El vicesecretario de Política Territorial del PP, Antonio González Terol, afirmó ayer que su partido ha decidido poner una línea roja con su "pasado malo" y "oscuro". En la clausura de una reunión de cargos públicos municipales de su partido en Canarias, González Terol indicó que para poner esta línea roja con el pasado "oscuro" que "todas las administraciones y todos los partidos tienen" han decidido salir de la sede de Génova para apostar por un PP "renovado".

El dirigente del PP abogó al mismo tiempo por tender un puente con "el mejor pasado" de su partido, con el que admitió que se siente orgulloso y está representado por el presidente fundador, Manuel Fraga; por el presidente de honor del partido, José María Aznar; por el expresidente del Gobierno Mariano Rajoy; y "tantos" exministros que "gestionaron bien, decentemente".

González Terol insistió en que el actual PP "recoge lo mejor del pasado y abandona lo peor del pasado", y mira al futuro para gobernar y recuperar muchos municipios con mayoría absoluta.

Las palabras de González Terol llegaron en vísperas de que este próximo martes Pablo Casado y el expresidente del Gobierno José María Aznar coincidan en un acto del Aula de Liderazgo que organizan el Instituto Atlántico de Gobierno y la Universidad Francisco de Vitoria bajo el título España, Constitución, libertad 1996-2004, un análisis.

Se trata de la primera vez que aparecen juntos Casado y Aznar después de que el PP haya centrado buena parte del foco informativo este mes a raíz del inicio del juicio sobre la presunta caja B del partido y si destinó ese dinero negro para pagar la reforma de su sede estatal en la calle Génova de Madrid.

Para romper con el pasado, Casado anunció hace dos semanas que abandonarán la histórica sede del PP situada en Génova 13 y que no volverían a hablar de Luis Bárcenas porque "no se lo pueden permitir más con el calendario judicial que se avecina". De hecho, el PP achacó al "juego sucio" con el extesorero su batacazo electoral en las elecciones catalanas.