Izadi Gutiérrez Lizarraga vive en la cárcel pese a no estar presa. Su delito es ser hija de dos condenados por pertenencia a ETA -el vecino de Algorta Íñigo Gutiérrez Carrillo y la burladesa María Lizarraga Merino-, con quienes reside desde hace unas semanas en el modulo familiar de la prisión de Aranjuez.

Nacida el 23 de enero de 2019 en Valencia, ha pasado la mayor parte de su corta vida entre las paredes del centro penitenciario de Picassent. Ahí estuvo horas y horas con su madre, mientras a su progenitor solo le veía en las visitas que permite el régimen penitenciario.

Tampoco ha tenido la oportunidad de conocer a muchos de sus familiares cercanos, pero en su primer año de vida al menos llegó a recibir visitas de allegados, lo que le permitió disfrutar de salidas a la calle de hasta cuatro horas y conocer la vida extramuros.

MÁS RESTRICCIONES POR LA PANDEMIA

Sus condiciones se han visto muy afectadas, al igual que las de toda la población reclusa, por la pandemia. La covid llevó aparejada la suspensión de los vis a vis en las cárceles, con las duras consecuencias que esto conlleva. Desde febrero del año pasado, además de no haber tenido contacto físico con el exterior, no ha vuelto a pisar la calle, por lo que huelga decir que tampoco ha podido visitar la tierra de sus padres y recibir el abrazo de bisabuela y primos, a los que todavía ni siquiera conoce.

Si la situación en la actualidad es complicada, tiene serio riesgo de empeorar, ya que el día que cumpla 3 años será separada de sus padres, al alcanzar la edad que le impide continuar en prisión. Y esto le obligaría a tener que hacer largos viajes para visitar a sus progenitores, a los que sólo podría ver cada 30 días, después de estar ahora las 24 horas con ellos, con todo lo que puede suponer un cambio tran brusco.

LA PREOCUPANTE CUENTA ATRÁS

A falta de 10 meses para que llegue la fecha en la que Izadi tendría que empezar una nueva vida sin sus aitas, la plataforma Izadi gurasoekin etxera trabaja para evitar esta separación. Ha elaborado un documental que presenta este domingo en la Casa de Cultura de Burlada, a partir de las 17 horas. Se titula Izadi: espetxean jaiotako atzera kontaketa (Izadi, la cuenta atrás de una niña nacida en la cárcel). Un día después se estrenará en Algorta y después se distribuirá por las redes sociales.

"La niña lleva más de un año sin pisar la calle, pese a no estar presa, ya que si sale tiene que estar 10 días en cuarentena encerrada en la celda", explica Ohiana Torregrosa, miembro de esta plataforma, sobre las circunstancias que condicionan la vida de esta menor.

"Hay que evitar a toda costa que sea separada de sus padres", continúa Torregrosa. "Legalmente se puede, por lo que solo hace falta voluntad política para evitarlo", añade.

Ahora mismo, si el escenario no cambia, Izadi será separada de sus padres en enero. Entonces, a su aita le restarían apenas seis meses para cumplir la totalidad de una condena de 14 años por colaboración con banda armada. Su madre, con una pena a sus espaldas de 20 años, habrá cumplido 13 en enero, "por lo que ya podría acceder a permisos".

"Lo que pedimos es que cuando la niña salga de la cárcel, sus padres sean excarcelados y pueda crecer en su entono familiar y social", apostilla Torregrosa.