inco posiciones políticas para valorar esta Ley de Eutanasia recién aprobada. La primera, la del senador socialista Javier de Lucas, catedrático de filosofía del derecho. Cree que si la normativa aprobada “peca de algo es de ‘prioridad del garantismo’, de cara a asegurar la libre voluntad” de los demandantes.

Segunda opinión, la de la diputada Rosa Medel, de Unidas Podemos, oftalmóloga de profesión, que coincide en el carácter “muy garantista” de la ley. “Mi balance es muy bueno. Estoy muy contenta. No es una ley coercitiva, nadie está obligado a solicitarla. Es un derecho que se puede ejercer o no. Un derecho regulado por una ley orgánica, porque el derecho a la vida es un derecho fundamental, pero creo que da respuesta jurídica a una necesidad, de forma equilibrada”.

También hemos hablado con el diputado de EH Bildu, Iñaki Ruiz de Pinedo, sociólogo, para quien la aprobación de la ley es “muy importante”, pero se queda corta. Recuerda que “podrá acceder a la eutanasia una persona enferma, en situaciones degenerativas, que por la propia enfermedad ya tenga una situación límite de vida”, y que la ley contempla “cinco pasos de garantía”, al tiempo que echa en falta que la ley no contemple a otros posibles tipos de demandantes.

Balance también “muy positivo e importante” para Koldo Martínez, senador autonómico de Geroa Bai, y experto en bioética. Remarca que “se exige que las personas den un permiso potente y firme para que se les ayude a morir”. Su posición es en este sentido más acotada, pues considera que la conclusión de este proceso es “el reconocimiento de que hay un derecho a la vida, no a la muerte, pero que en determinadas circunstancias una persona puede pedir que se le ayude a morir”, sin que “a nadie se le puede obligar a dar esa ayuda”.

Mientras, Carlos García Adanero, diputado de UPN, es la voz más discordante entre los cinco políticos consultados. Su partido votó no junto a PP, Vox y Foro Asturias. “Estamos hablando de los límites de la libertad de cada uno”, afirma. Teme que en un futuro la ley se amplíe, y critica la afección en los profesionales sanitarios. “Todo el sector de la medicina está pensado, y así lo dicen los propios profesionales, en salvar vidas. No con la idea de llevar a la muerte de una forma voluntaria”. Cree que la forma de tramitar “una ley de estas características con las consecuencias que tiene ha sido nefasta”. Entiende que “lo normal es que hubiera habido más debate científico, tanto desde el Comité de Bioética, al que no se le ha hecho ningún caso, como Colegios de Médicos que han querido informar y no se les ha dejado”.

la inequidad al final de la vida

Desigualdades importantes

“En estos momentos ya hay gente que está practicando la eutanasia”, apunta Ruiz de Pinedo, que observa “la inequidad en la atención al final de la vida”, en tres grandes desigualdades. “En la calidad de la relación con el equipo sanitario. En poder tener acceso a una medicina paliativa de calidad. Y en poder disponer de un apoyo en las decisiones que uno toma y decir ‘hasta aquí hemos llegado, quiero ser dueña o dueño del fin de mi vida’. A juicio de este diputado de EH Bildu, la sola posibilidad de decidir “evita mucho dolor” o este “se lleva mucho mejor”, al no ser fruto de “la imposición de nadie”. Para García Adanero, en cambio, el “debate llega viciado en el sentido de que no se están poniendo todos los medios necesarios para mitigar el dolor, si no se tienen cuidados paliativos en condiciones, tanto en los hospitales como en atención domiciliaria, bien desarrollados. Este diputado recuerda que el año pasado murieron más de 50.000 personas en España esperando a que les dijeran si les concedían ayudas a dependencia. “Tú no puedes tener todo eso tan cojo y plantear una ley como esta”, dice, y marca distancia al ser preguntado por la postura de Ciudadanos, socio en Navarra Suma, favorable al desarrollo de los paliativos y también a la eutanasia. “Si solo se avanza en una ley, se está ayudando mucho a que sea más fácil la eutanasia que lo otro”, sentencia.

El socialista Javier de Lucas cree que Ciudadanos ha seguido una concepción “liberal, reclamando que no hay oposición entre ley de cuidados paliativos y eutanasia”. Este senador vio a PP y Vox con distinto trazo en el debate, pero coincidentes en “plantear una oposición radical entre eutanasia y ley de cuidados paliativos”. Algo que entiende demagógico, porque se “se trata de soluciones complementarias y no excluyentes”. No lo ve así García Adanero, que encuentra contradictorio que se condicione un derecho que ahora se anuncia. “Si lo que se está defendiendo, como defienden algunos, que cada uno haga con su vida lo que quiera, entonces no pongan límites. Digan que a partir de los 18 años cada uno podrá hacer con su vida lo que le dé la gana. Pues ya está, yo no lo comparto, pero lo que no se puede hacer es poner una situación límite si no has puesto los medios para que no se dé esa situación límite”.

Un discurso global con el que discrepa en buena medida Iñaki Ruiz de Pinedo, por más que crea que la ley se queda corta. Este diputado que defiende que “es precisamente donde se reconoce el derecho a la eutanasia donde los cuidados paliativos tienen un mayor desarrollo”. Descarta que la puesta en marcha de la ley vaya abrir una gran demanda, atendiendo a los precedentes en otros países donde se ha legalizado, y piensa que la eutanasia puede representar “un uno o dos por ciento de los decesos”.

eutanasia y suicidio asistido

Un debate solapado

“En la eutanasia el agente último es el profesional sanitario y en el suicidio asistido el propio paciente”, explica Koldo Martínez, que añade que la eutanasia también se puede practicar en domicilios, además de en hospitales públicos y privados. “Las dos formas, eutanasia y suicido asistido, derivan de la creencia en la autonomía de las personas y su capacidad de decidir. En algunos países donde se han hecho encuestas, la mayoría de los sanitarios prefieren que se despenalice el suicidio asistido y la ciudadanía prefiere que sea el personal sanitario. En el fondo es algo psicológico pero los aspectos psicológicos son muy importantes también en la vida”. En su opinión, se debería haber regulado además de la eutanasia el suicidio asistido. Algo que comparte Iñaki Ruiz de Pinedo, que lo ilustra con una vivencia personal. “En el Congreso puse el ejemplo de una persona que conocí, con una enfermedad terminal muy larga, con la que estaba sufriendo cantidad, y pudo conseguir tener los elementos para poder poner fin a su vida. Pues una vez que consiguió las medicinas para hacer esto, le entró una tranquilidad, que le quitó miedo y angustia, y esa persona a la que yo conocí hace cuatro años todavía vive, con cuidados paliativos, pero antes tenía un sentimiento de afrontar el resto de su vida como una carga sin sentido”.

En cambio, según Rosa Medel, de Unidas Podemos, “la separación entre suicidio asistido y eutanasia en ciertas ocasiones es muy complicada”, y pone un ejemplo: “¿Es suicidio asistido o eutanasia ponerle en la boca una medicación para que la trague a una persona que tiene una inmovilidad física? En estas situaciones incluso jurídicamente es muy complicado, y sinceramente, preferimos no hablar de suicidio asistido sino de eutanasia”. Cree que la ley “recoge esos casos que pueden ser jurídicamente dudosos”. Por lo que defiende los términos contemplados para que un médico administre la eutanasia “mediante una inyección, o le haga llegar la medicación, y que sea el propio paciente el que lo ingiera”.

Para Ruiz de Pinedo es importante “tener la garantía de no sufrir más de lo necesario”. Y abre otro ángulo. “Se suele decir que con los cuidados paliativos no vas a tener dolor, pero no solamente es el dolor físico. Hay un dolor interno, de intranquilidad y desasosiego ante los momentos que vas a vivir. Hay situaciones en las que el cuidado paliativo no ayuda”. Algo que minimiza García Adanero. “Por lo que dicen los expertos, con unos cuidados en condiciones no se suele llegar a ese extremo o puede ser una cosa muy anecdótica”. Cuenta que habló “con gente dedicada a los cuidados paliativos y me dieron muchas claves, porque hay estudios muy intensos de gente en situaciones límite, y cuando se les ha aplicado fórmulas para mitigar el dolor han cambiado de opinión. Por eso, estos cuidados son fundamentales, pero es evidente que suponen mucha inversión y dinero”. Para Rosa Medel, de Unidas Podemos, “es posible que la pandemia quite importancia a la trascendencia del tema, porque estamos con otras preocupaciones”, pero recuerda a las personas “con patologías o problemas que necesitan una salida y hay que darles solución”.

Ruiz de Pinedo critica que la ayuda al suicidio no se haya quedado “totalmente despenalizada. Puede haber personas que se sientan presas en su cuerpo y en su vida que querrían suicidarse, por ejemplo. Estamos ligando el tema de la eutanasia a la enfermedad, y hay personas que quieren suicidarse aunque no estén enfermos, y sin embargo la vida se les hace insoportable”. Ruiz de Pinedo a título personal, como sociólogo, entiende que “en países donde el suicidio y su asistencia está legalizado, es una manera de visibilizar a una parte de esas personas que quieren suicidarse pidiendo ayuda. Eso nos ayudaría a detectar esa intención de suicidio e incluso podría ayudar para evitar que se suicide. Por ejemplo, en Suiza, donde el suicidio asistido está legalizado, el número de suicidios se ha reducido, porque no se les facilita hasta que no se supere esta fase de la depresión y has captado unas tendencias suicidas que pueden ser tratables”. Ruiz de Pinedo añade que “también hay mucha gente que se suicida sin estar deprimida, y en la medida que esa persona lo quiere hacer con garantías, sin dolor, y sin tener situaciones de suicidio frustrado con todo el dolor que conlleva, solicita esa ayuda”. A su juicio, “con un equipo ayudando a afrontar esa situación, gran parte de esos suicidios no se llevan a cabo. Eso no entra en la legalidad actual, y todavía sigue penado”, concluye.

“Los paliativos y la eutanasia son soluciones complementarias y no excluyentes”

Senador del PSOE

“Creo que da respuesta jurídica a una necesidad de forma equilibrada y muy garantista”

Diputada de Unidas Podemos

“No solamente es el dolor físico, hay situaciones en las que el cuidado paliativo no ayuda”

Diputado de EH Bildu

“Eutanasia y suicidio asistido derivan de la creencia en la autonomía de las personas”

Senador autonómico, de Geroa Bai

“Es un debate viciado, pues no se ponen todos los medios necesarios en los cuidados paliativos”

Diputado de UPN