Miembros de la comunidad educativa del colegio público Atakondoa de Irurtzun se concentraron el jueves frente a la sede del Departamento de Educación para exigir el desdoble del grupo de 2º de ESO para el curso 2025-2026. También se pedía al Gobierno que adopte medidas para garantizar “una educación digna, humana y segura para nuestros hijos e hijas. No son una cantidad, son personas. Y su educación está por encima de cálculos económicos”, destacaron madres y madres. El próximo curso estarían en un aula al menos 30 alumnos a los que se suma en varias sesiones una alumna de UCE, número que podría incrementarse con la matrícula viva, según señalaron. 

“No es la única reivindicación y movilización que hemos realizado, pero el paso del tiempo va aumentando la inquietud y el dolor. Consideramos absolutamente injusto lo que Educación quiere para nuestros hijos e hijas”. Al respecto, recordaron que el departamento aprobó reducir la ratio de alumnado de ESO de 30 a 28, pero este acuerdo no entrará en vigor hasta el curso 2026-2027.

Por otro lado, incidieron en problemas de espacio y funcionalidad. “Es un edificio antiguo, con una estructura arquitectónica singular, y no está dispuesto para acoger a muchos grupos en condiciones adecuadas. Tendrá un impacto muy negativo en el desarrollo diario de clases y afectará tanto a la calidad de la educación como al bienestar del alumnado y del profesorado. Es fundamental tener en cuenta esta singularidad del centro para planificar adecuadamente el curso y evitar situaciones que puedan poner en riesgo el proceso de enseñanza-aprendizaje”.

Así, mostraron su preocupación de cara al próximo curso “por problemas de convivencia que pueden surgir al obligar a 31 alumnos y dos profesores a estar juntos en un espacio pequeño, lo que puede generar tensiones y dificultar la dinámica del grupo”. También por “los daños pedagógicos producidos por un entorno inadecuado para la enseñanza: el aglutinamiento, el ruido, la falta de movilidad y la falta de respuesta adecuada a las necesidades individuales ponen en cuestión un aprendizaje de calidad y con garantías”. Asimismo, les preocupa la seguridad y salud de sus hijos e hijas. “En una sala tan saturada, la propagación de enfermedades será inevitable y en una situación de emergencia que requiera evacuación, las condiciones actuales no ofrecen las mínimas garantías de protección”, señalaron.