- El Gobierno de Navarra prevé ingresar este año 30 millones con las tasas Tobin y Google, dos impuestos nuevos aprobados por el Gobierno de España para tributar las transferencias bancarias de las grandes compañías y determinados negocios digitales. Y cuya recaudación está pendiente de que la Hacienda Foral fije con el Ministerio de Hacienda la fórmula de ajuste. Un acuerdo que, por ley, debía estar cerrado desde finales de enero, pero que Hacienda y el Ministerio siguen sin concretar, según señala el propio Gobierno foral en una respuesta parlamentaria al portavoz de EH Bildu, Adolfo Araiz.

Las dos nuevas tasas fueron aprobadas a finales de octubre por el Gobierno central con el objetivo de mejorar la recaudación y poner coto a dos actividades económicas pujantes que se escapan del control de Hacienda, como son las grandes corporaciones de internet y la especulación financiera. La previsión del Ministerio es recaudar 850 millones con el impuesto a las transacciones financieras (Tasa Tobin) y 968 millones con el impuesto a las corporaciones digitales (Tasa Google).

La Hacienda Foral prevé que Navarra participe en el nuevo impuesto en la misma proporción que se ajustan el resto de tributos. Y que oscila entre el 1,6% con el que se calcula la aportación por las competencias no transferidas, y el 1,76% en el que se fija el índice de consumo relativo aplicable al ajuste del IVA.

Según la ley, aprobada en octubre, Navarra y el Estado tenían tres meses para concretar el ajuste financiero de la nueva tributación a través del Convenio Económico. Ya sea con un ley propia o con un ajuste en las relaciones financieras, como ya ocurre con otros impuestos indirectos de reciente implantación, como el de los Hidrocarburos. No obstante, el plazo fijado se ha superado sin acuerdo todavía, y no parece que vaya a ser inminente. Tampoco la CAV ha determinado aún los términos del ajuste por el nuevo impuesto, lo que ha llevado al PNV a reclamar al Gobierno central una respuesta lo antes posible.

El nuevo impuesto en cualquier caso tendrá una influencia menor en el conjunto de la recaudación propia de la Hacienda Foral, que el pasado año alcanzó los 3.910 millones. Una cifra un 8% inferior a la de 2019, y cuya caída ha afectado de forma muy distinta según los impuestos. Así, mientras la recaudación por las rentas del trabajo se mantuvo estable en 2020 (0,35%) los ingresos por el impuesto de sociedades cayeron un 5%, mientras que la recaudación por IVA se desplomó un 15%, sobre todo por los ajustes con el Estado por los impuestos indirectos.

Los dos nuevos tributos están ya en vigor, aunque las autoliquidaciones se han retrasado nuevamente hasta julio. En principio, y salvo que un acuerdo en breve entre la Hacienda Foral y el Ministerio fije términos distintos, será el Estado quien asuma la recaudación total y luego transfiera a Navarra su parte correspondiente en base a los criterios fijados en el Convenio, algo que debería quedar cerrado antes de finalizar el ejercicio de este año. Eso en cierto modo incrementa la dependencia de Navarra con los ajustes anuales con el Estado, que tras el cambio de tributación de las exportaciones en 2012 tiene un saldo negativo. Y aunque eso no influye en la recaudación final, sí limita el margen de negociación cuando surgen discrepancias.

Tasa Tobin. Grava con un 0,2% las operaciones de adquisición de acciones emitidas de empresas cotizadas cuya capitalización bursátil sea superior a 1.000 millones. Son 56 sociedades, entre ellas Inditex, Iberdrola, CaixaBank, Viscofán y Siemens-Gamesa. No se grava la compra de acciones de pymes y empresas no cotizadas. Es un impuesto de carácter "transitorio" hasta que los paises del G-20 acuerden un gravamen internacional.

Tasa Google. Grava a las empresas con ingresos anuales de al menos 750 millones, y con ingresos en España superiores a los 3 millones por servicios de publicidad en línea, servicios de intermediación en línea y la venta de datos de usuarios.