- El régimen bielorruso profundiza en su aislamiento tras acordar el pasado lunes la Unión Europea cerrar el espacio aéreo con Bielorrusia y ampliar las sanciones por el secuestro de un vuelo comercial para detener a un periodista opositor, incidente en el que solo cuenta con el respaldo de Rusia.

"Europa en acción", declaró ayer el presidente del Consejo Europeo, Charles Michel, en su cuenta de Twitter junto a un mapa del tráfico aéreo europeo, en el que se aprecia cómo se abre un enorme espacio sobre Bielorrusia, mientras que centenares de aviones sobrevuelan las vecinas Lituania, Ucrania, Rusia, Letonia y Polonia. El servicio de seguimiento de vuelos Flightradar24 muestra, menos de 24 horas después de la decisión de los líderes de la UE de cerrar el espacio aéreo con Bielorrusia y recomendar evitar sobrevolar ese país, únicamente aviones rusos y alguno de carga desde Asia sobre territorio bielorruso.

Solo Rusia "lamentó" ayer la decisión de la UE, y sostuvo a través del portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, que los líderes comunitarios debían de haber "examinado objetivamente lo sucedido" antes de hacer su recomendación.

Bielorrusia no es un gran punto de conexión europeo, pero semanalmente más de 2.000 aviones sobrevuelan el país y grandes aerolíneas europeas aterrizan y parten de Minsk. Entre las compañías que decidieron evitar el espacio aéreo de Bielorrusia figuran Air France, Lufthansa, Finnair, Austrian Airlines, la polaca LOT, Air Baltic, KLM o la propia Ryanair, cuyo vuelo de Atenas a Vilna fue desviado el pasado domingo a Minsk por las autoridades bielorrusas con el pretexto de una amenaza de bomba para detener al periodista opositor Román Protasevich.

"Nosotros perdemos algo por la disminución del tráfico aéreo, pero ellos tendrán que recorrer mayores distancias y pagar mucho más dinero a terceros", replicó el vicedirector general de Belaeronavigatsia, la agencia estatal bielorrusa encargada del control del tráfico aéreo.

Fuera de la UE también Swiss decidió esquivar el espacio aéreo bielorruso, al igual que la asiática Singapore Airlines. Y Ucrania suspendió desde la pasada medianoche todos los vuelos hacia y desde Bielorrusia, además de cerrar el espacio aéreo del país vecino.

Los jefes de Estado y de Gobierno de la UE acordaron también ampliar la lista de sanciones contra Bielorrusia, que actualmente incluye a 88 personas y 77 entidades, entre ellas al presidente, Alexandr Lukashenko, y a su hijo y asesor, Víktor Lukashenko.

El propio Lukashenko, quien ordenó el domingo el desvío del vuelo de Ryanair y envió un caza MiG-29 para que lo escoltara, aún no se ha pronunciado, pero hoy acudirá al Parlamento, donde se espera que haga una defensa de su actuación y critique la respuesta comunitaria.

Lo que sí hizo ayer Bielorrusia es invitar a los representantes de la Agencia Europea de Seguridad Aérea (EASA), la Organización de Aviación Civil Internacional (OACI) y la Asociación Internacional de Transporte Aéreo (IATA), así como a la UE y a EE.UU. a investigar el incidente, si bien mantiene que hizo todo conforme a las normas.

El consejo de la OACI se reunirá mañana para tratar el desvío del avión y ayer los pilotos a nivel mundial pidieron una investigación independiente de una actuación que tachan de ilícita. El Departamento de Aviación del Ministerio de Transporte de Bielorrusia sostuvo que fue el piloto del Boeing 737-800 de Ryanair quien "tomó la decisión de aterrizar" en Minsk "sin presión alguna de la parte bielorrusa".

Sin embargo, un fragmento de la conversación entre éste y la torre de control publicado por el propio Gobierno bielorruso deja claro que la recomendación partió de los controladores aéreos.

Mientras, crece la preocupación por la salud de Protasevich. El pasado lunes se publicó un vídeo donde el periodista niega que tenga "problemas de salud" y asegura que el trato recibido por parte de las fuerzas de seguridad es "correcto".

A su vez, admite su "culpabilidad" de haber organizado "disturbios masivos", en referencia a la acusación que pesa sobre él por su papel como antiguo director del canal de Telegram Nexta, que fue clave para guiar a los ciudadanos en las protestas que estallaron tras las fraudulentas últimas elecciones presidenciales y para denunciar la represión policial. "No son sus palabras. Está asustado y muy nervioso. Creo que lo han golpeado. Tiene maquillaje en el lado izquierdo del rostro y la nariz, posiblemente quebrada", dijo el padre de Román.

"La información obtenida bajo coacción no puede ser usada contra el señor Protasevich en ningún proceso legal. Esas confesiones están prohibidas por la Convención contra la Tortura", afirmó a su vez el portavoz de la Oficina de Derechos Humanos de la ONU, Rupert Colville.

Crisis diplomática. El Consejo de Seguridad de la ONU discutirá hoy a puerta cerrada la crisis desatada a raíz del desvío a Minsk de un vuelo de Ryanair ordenado por Bielorrusia para arrestar al periodista opositor Román Protasevich,. La discusión fue solicitada por Estonia, Francia e Irlanda, miembros europeos del Consejo, y se celebrará bajo un punto de asuntos varios previsto ya para el miércoles. El incidente, que ha desatado una importante crisis diplomática, ha llevado a la Unión Europea a cerrar el espacio aéreo con Bielorrusia y a acordar ampliar la lista de sanciones contra el régimen.

Reunión Por su parte, la Organización de la Aviación Civil Internacional (OACI), el organismo de la ONU encargado de velar por el sistema de aviación mundial, anunció que celebrará una "reunión urgente" de su Consejo mañana para abordar el asunto. El secretario general de la ONU, António Guterres, exigió una investigación independiente del "alarmante" desvío a Minsk del vuelo de Ryanair y del arresto de Protasevich.

Liberar a Protasevich. La OTAN instó ayer a Bielorrusia a liberar al periodista disidente Román Protasevich, detenido este domingo en Minsk tras forzar el aterrizaje del avión en el que viajaba, y pidió una "investigación internacional urgente" de ese suceso, que calificó de "secuestro estatal". "El aterrizaje forzoso de un avión de pasajeros fue peligroso e inaceptable", indicó el secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg.