La presidenta del Gobierno de Navarra, María Chivite, ha defendido el "emprendimiento" y la "innovación social" como las claves para luchar contra la despoblación.

Lo ha dicho durante una de las mesas redondas del programa Presura20, una cumbre sobre el mundo rural en la que han participado el presidente del Ejecutivo, Pedro Sánchez, el presidente del PP, Pablo Casado, y en el que está previsto que también intervenga el expresidente José Luis Rodríguez Zapatero.

"YO SOY DE PUEBLO"

Chivite ha comenzado su intervención reivindicándose "de pueblo", que es "algo más que campo y vacas". A su juicio, los pueblos son tan plurales como el propio país, y su futuro pasa por llevar la innovación y las oportunidades a ellos. "Hay que dejar de asociar los valores de lo rural a la camisa de cuadros y el pantalón de pana".

En ese sentido, la presidenta ha destacado la puesta en marcha del departamento de Cohesión Territorial, una herramienta "para vertebrar el territorio" y que tiene entre sus competencias el desarrollo de las obras públicas y la administración local. "Yo tenía claro que no quería una Navarra de dos velocidades", ha subrayado.

En su intervención, que ha sido breve, ha apuntado dos aspectos concretos. El primero, ha dicho que entre los proyectos para vertebrar el territorio y darle valor añadido al sector primario, muy pegado a los pueblos, está el Ebro Food Valley.

"Hay que llevar la innovación, la tecnología, la banda ancha", ha determinado.

Y, por último, ha hablado de fondos europeos. "Lo rural es vanguardia, el covid nos ha abierto una ventana de oportunidad para poner en valor lo rural, pero también esa ventana puede ser un peligro si no aterrizamos los fondos europeos en lo rural, porque generaremos una mayor brecha", ha apuntado

DE LAS MUSAS AL TEATRO

El resto de intervenciones también fueron cortas. En su misma mesa estuvieron el diputado Aitor Esteban (PNV), el también diputado Edmundo Bal (Ciudadanos); y el vicepresidente de Castilla-La Mancha, José Luis Martínez.

Un elenco plural y políticamente diverso, pero que coincidió en lo esencial: cuando se habla de los pueblos, hay que pasar de las musas al teatro.

"Vamos a ser claros, el mundo rural no necesita proposiciones no de ley, porque lo que no sale en el boletín no existe", razonó Esteban, que en una intervención corta condensó el "pragmatismo jeltzale", como ha señalado el moderador de la mesa, el periodista Raúl Conde.

Esteban, que vive en un pueblo de menos de mil habitantes, criticó que el modelo del ladrillo perjudicó al mundo rural, y receló de poner en marcha un pacto de Estado sobre despoblación. "Todo lo que se convierte en pacto de Estado, termina convirtiéndose en una arma política para que los grandes partidos se sacudan", resumió. "Consigamos acuerdos, pero sin que se note", ha zanjado.

Chivite no descartó de inicio el pacto de Estado. No es algo malo a priori, siempre que no sea uniformizador. "El pacto de Estado puede estar bien siempre que no se impida a las comunidades ir tomando soluciones".

Edmundo Bal, de Ciudadanos, sí que se mostró a favor de los pactos de Estado. Pero con concreción, porque el mundo rural no puede esperar. "Todos los que hemos venido de Madrid sabemos a qué hora nos hemos tenido que levantar para venir aquí".

Bal ha propuesto "aterrizar en lo concreto" para estimular la vuelta al pueblo. "Bajemos el IRPF, bonifiquemos Sociedades a empresas, hagamos una tarifa plana para autónomos, o que los padres y madres rurales no paguen cuota reta los primeros tres años", ha propuesto, para seguir lo que hizo Escocia con las Highlands, epicentro de la despoblación europea.

Por último, José Luis Martínez ha visto "convincente" el pacto de Estado. "Las políticas de Estado dan resultados en el largo plazo. Al margen de las legislaturas y sea cual sea el color".

Y, hasta que lleguen los fondos europeos, que en Castilla-La Mancha tienen una vocación rural con el 50% del dinero para pueblos, vayamos trazando alianzas con los agentes locales.