- El avance de los talibanes en Afganistán continúa imparable con la toma de otras tres capitales provinciales, elevando así a cinco los centros regionales caídos esta semana bajo control insurgente, en su mayor logro en 20 años de guerra. Tras días de fuertes combates, ayer capturaron las norteñas ciudades de Kunduz y Sar-e-Pol, capitales de las provincias homónimas, y la nororiental Taloqan, capital de Takhar, la última en caer en una jornada aciaga para las fuerzas de seguridad afganas.

"Después de un mes y medio de resistencia a las afueras de la ciudad, y al intensificarse la lucha con los talibanes combatiendo calle por calle, se decidió evacuar Taloqan, que ha caído bajo los talibanes", aseguró el diputado de Takhar Ashraf Uddin Aini.

Antes, a primera hora de la mañana, las fuerzas de seguridad habían abandonado también la ciudad de Kunduz para atrincherarse en el aeropuerto provincial, mientras los talibanes aprovechaban para derribar un muro de la prisión y liberar así a cientos de reos, incluidos insurgentes.

Las sedes del gobernador, la Policía y otros edificios gubernamentales están "por ahora en manos de los insurgentes", y la mayoría de los civiles permanecen en sus hogares o vagan de un lugar a otro hacia las zonas más seguras, explicó Nelofar Koofi, parlamentaria por Kunduz.

El Ejército aseguró sin embargo que las fuerzas especiales están llevando a cabo una operación para "despejar" la ciudad de insurgentes, en la que han conseguido recuperar el edificio de la Radio Televisión Nacional.

Otra de las capitales que cayó ayer bajo el control talibán tras librarse fuertes combates toda la noche fue Sar-e-Pol, explicó la diputada por la provincia Aziza Jalis. "Los talibanes capturaron toda la ciudad" y ahora las fuerzas de seguridad y los funcionarios provinciales se encuentran "en una base del Ejército en un rincón" de la capital, remarcó la parlamentaria.

Los insurgentes también tomaron la cárcel, aunque aún no han liberado a los prisioneros. La población, mientras tanto, se encuentra atrapada entre ambos fuegos.

El principal portavoz de los talibanes, Zabihullah Mujahid, celebró la toma de Kunduz, Sar-e-Pol y Taloqan y aseguró que se han hecho con una gran cantidad de armas. "Todos los empleados del Gobierno, activistas y otros grupos de la sociedad civil deben vivir en paz, nadie está bajo amenaza", remarcó, un anuncio que es visto como una estratagema para su rápida detención.

Este nuevo logro de los talibanes llega tras la captura el sábado de Sheberghan, capital de la provincia noroccidental de Jawzjan, fronteriza con Turkmenistán, y el viernes de Zaranj, capital de la suroccidental Nimroz, que limita con Irán.

Las cinco capitales provinciales son las primeras en caer en manos talibanes desde el comienzo de su gran ofensiva, que coincidió con el inicio el 1 de mayo de la fase final de la retirada de las tropas extranjeras de Afganistán. El Ejército afgano, con apoyo puntual de la aviación estadounidense, intensifica sus combates para recuperar el territorio perdido, con choques en 19 de las 34 provincias afganas, que han dejado 572 insurgentes muertos y 309 heridos en 24 horas, según el Ministerio de Defensa.

Kunduz, ciudad fronteriza. Los talibanes ya habían tomado en 2015 Kunduz, de gran valor estratégico al conectar varias provincias y hacer frontera con Tayikistán, consiguiendo permanecer dos días en ella.

Taloqan, junto a Tayikistán. Al igual que Kunduz, aunque menos próspera, Taloqan se encuentra al norte, muy cerca de Tayikistán, y los tayikos son su grupo étnico mayoritario.

Sar-e-Pol, región pobre. La provincia de Sar-e-Pol es una de las regiones menos desarrolladas del país y gran parte de su territorio ya estaba bajo control talibán, pero su capital nunca había caído en los últimos 20 años de guerra.

Seis niños muertos. Las muertes civiles continúan, como los 12 miembros de una familia, incluidos seis niños, que fallecieron tras explotar una bomba al paso de su vehículo en el sureste del país.