- La mochila que carga el Gobierno español con sus compromisos pendientes con sus aliados en el Congreso pesa ya un quintal, lo que hace prever una negociación ardua a la vuelta del verano para conseguir aprobar los presupuestos del año próximo. Los traspasos de competencias pendientes apalabrados con el PNV, los acuerdos alcanzados en la comisión bilateral con la Generalitat y las tensiones con su socio de Gobierno, Unidas Podemos, a cuenta de la Ley de Vivienda, el SMI y la ampliación de El Prat no amilanan, pese a todo, a la ministra de Hacienda, María Jesús Montero, que aseguró ayer que “no preveo elementos distorsionadores a un debate complejo de por sí”.

Montero afirmó que “no tiene sentido incorporar al debate presupuestario dificultades añadidas”, en relación a las controversias por las exigencias de sus tradicionales aliados. “Lo imprescindible es que entre todos tengamos la capacidad de seguir trabajando, caminando, en pos de que desde esa posición aportemos nuestro granito de arena”, dijo.

La ministra proclamó que “el Gobierno es consciente de que estos presupuestos son necesarios, importantes, imprescindibles después de una pandemia”. Reivindicó la contribución de las cuentas durante la pandemia, que evaluó en aspectos como “la necesidad de reforzar los servicios públicos, de blindar el Estado del bienestar, de ser capaces de ser más fuertes y de tener el colchón social que pueden disfrutar los ciudadanos cuando llegan momentos tan duros”.

Al apartado social del gasto público, añadió el impulso del Estado al sostenimiento de la actividad empresarial, por lo que calificó a ambos de “fundamentales para mantener el tejido productivo en un momento de fuerte sacudida”. Defendió por ello que la iniciativa pública ha tenido como resultado que “se han sostenido las rentas medias y se ha evitado la destrucción de nuestras empresas”.

Montero instó a buscar “la utilidad de cada euro” para que su rendimiento “se multiplique” a favor de aspectos como “el incremento del protagonismo de la mujer, la búsqueda de oportunidades para los jóvenes o el sostenimiento de las pensiones de nuestros mayores”. E hizo partícipe a cada administración, autonómica o municipal, para que “todos a una seamos percibidos como políticos que se ayudan, son útiles en buscar respuestas a los problemas reales de la gente, no a los que nos inventamos”.