Odón Elorza pretende que a la vuelta de vacaciones el Congreso pueda volver a debatir sobre el caso Zabalza con el fin de arrojar luz y lograr desclasificar la documentación que pueda estar archivada y hoy es material secreto.

Usted pide movimientos políticos en torno a este caso.

-Sí, en julio presenté una propuesta al Grupo Socialista en el Congreso para que la valore, ojalá diga que sí, y pueda ser tratada en el Congreso. Esa proposición recoge un texto muy medido, riguroso y prudente que pide solicitar a las instancias competentes oportunas la reapertura del sumario, que en 2010 se archivó provisionalmente, al aparecer la conversación telefónica entre Perote y Gómez Nieto. La clave para la reapertura de este sumario, con el fin de esclarecer los hechos y llegar a la verdad de lo que sucedió, es que el Gobierno desclasifique los papeles que pueda haber. Me puedo equivocar, pero estoy casi convencido de que tiene que haber papeles en el CESID referidos a este caso. Habiendo transcurrido además casi 36 años de este hecho, en el ejercicio de un Estado de derecho, propongo que esos papeles se desclasifiquen y ver qué hay que pudiera dar luz a lo que de verdad ocurrió.

En marzo, el Parlamento de Navarra exigió por unanimidad que se investigase sobre la muerte de Mikel Zabalza, pero eso llegó al Congreso y no tuvo una traducción política. Usted lamentó la falta de acuerdo con una moción del PNV.

-El texto que aprobó el Parlamento de Navarra no fue el mismo texto que presentó el PNV en el Congreso, que iba más allá, y apuntaba a personas concretas que deberían proceder a la reapertura del sumario, como la Fiscalía General. En todo caso, lamenté que no hubiera habido en ese momento en el Congreso capacidad de negociación de un texto que fuera aprobado satisfactoriamente por el PNV, pero también por el Partido Socialista y otras fuerzas.

El fondo de la cuestión debería ser suficiente, si de verdad hay voluntad, como para que esto se active.

-Sin duda, que el texto no fuera el mismo generó dificultades en la dirección del Grupo Socialista, que presentó como alternativa a la moción del PNV un texto que sí que era el aprobado en el Parlamento de Navarra, y al PNV le pareció insuficiente. Me quedó mal cuerpo, seguí la disciplina de voto, voté por supuesto con el resto del Grupo, pero me propuse documentarme sobre este asunto que en su día lo sentí de cerca, porque yo era concejal en San Sebastián y estaba en el consejo de administración de la compañía municipal del tranvía, en la que Mikel Zabalza era conductor. Por lo tanto me sentía concernido y siempre entendí que este asunto tenía que resolverse con el paso de los años. Por eso, estuve varias semanas leyendo todo tipo de documentos, conecté con personas muy determinadas, conocedoras de la materia, tanto en su origen como a lo largo del tiempo, y al final llegué a ese texto de la proposición.

A partir de ahora, ¿cuáles son los pasos y las expectativas que se pueden generar?

-La dirección del Grupo Socialista en el Congreso tiene que analizar la oportunidad y conveniencia de esta proposición para debatirla en un pleno. Espero que lo decida lo antes posible, a lo largo de septiembre, en una dirección o en otra. Yo no tengo en este momento ninguna expectativa especial, simplemente considero que era mi obligación por haber vivido de alguna manera los hechos más cerca que otros muchos diputados y diputadas, y porque me parece obligado que el asunto no salga del Congreso con esta discrepancia.

Hay una familia pendiente desde el dolor y el cansancio.

-Claro, por eso va la iniciativa, porque se necesita clarificar los hechos y que haya una reparación a la víctima y a la familia, que lleva años sufriendo como consecuencia de esa muerte, que con la versión oficial no encaja y no es creíble. Yo lamentaría mucho que la proposición no avanzase y alguien piense que he creado falsas expectativa, pero era mi obligación como diputado.

Le acompaña una imagen de verso libre dentro del PSOE.

-No sé si un verso libre, pero sí ha pasado que en unas cuantas ocasiones que mis opiniones no han tenido eco en la dirección. De todos modos, cuando el GAL funcionaba lo condené y lo rechacé, y había que hacerlo entonces. Luego, con el paso de los años siempre resulta más fácil. Incluso como alcalde fui muy explícito en esta cuestión, y tampoco asistí a aquellas concentraciones de socialistas a las puertas de la cárcel cuando iban a ingresar el señor Barrionuevo y otras gentes. El tema lo he tenido claro.

Por eso, no sé si se siente un cierto depositario de expectativas de que el Partido Socialista mire al pasado de una manera ética, sin tabúes.

-Sí, porque hay cosas que han cambiado. Yo confío en este Gobierno con Pedro Sánchez, además ahora que se va a empezar a tramitar una ley de memoria democrática, pienso que este Gobierno cree en el Estado de derecho y en las consecuencias. Y en este caso puede haber documentos que no pueden seguir permaneciendo clasificados como secretos.

O se cambia la Ley de Secretos o seguirá siendo un tapón.

-Es que esa ley hay que cambiarla, está en el ánimo del Gobierno, hace falta hacerlo con mucha voluntad política y sentido de la urgencia para llevarlo adelante, pero es un compromiso del Gobierno. Para desclasificar estos papeles en este caso no creo que haya falta cambiar la ley.

Si se arroja luz sobre el caso de Mikel Zabalza la ficha de dominó caería sobre otros casos.

-No lo sé, no sé qué otros casos puede haber, no estoy pensando en ninguno, estoy pensando en el caso de Mikel Zabalza. Los jueces deberían pronunciarse sobre el audio que hemos conocido.

Que muestra un modus operandi.

-Sí. Durante una serie de años, el GAL y antes otras organizaciones de extrema derecha con amparo o conexiones con los aparatos del Estado estuvieron funcionando. Hubo juicios y sentencias. Yo creo que la verdad siempre es necesaria y como se dice, nos hará libre, y por tanto no hay que tener miedo a hechos que en su día ocurrieron en el marco de una situación de un terrorismo de alta intensidad, terrible, un infierno, provocado por la organización ETA, que se vio acompañado de otros crímenes del GAL o anteriormente de la extrema derecha y de casos también que acontecieron a lo largo del tiempo de torturas o abusos policiales.

Han sido recientes las llamadas de Pili Zabala, Maria Jauregi o Maider García, que piden esclarecer la verdad a la nueva generación de socialistas.

-Estoy al tanto, y les deseo la mayor fortuna, pero no puedo entrar en mayores valoraciones políticas sobre lo que ellas plantean.

¿Qué papel puede tener el actual ministro del Interior sobre las sombras del pasado en los cuerpos policiales?

-Estamos hablando de una serie de asuntos que son muy complejos y delicados, y sobre los cuales, cualquier actuación que ayude a un mayor esclarecimiento de lo que ocurrió, va a corresponder a una decisión del Gobierno. Lo que se pueda o deba hacer no corresponde a un ministerio en concreto, sino al Gobierno y al presidente en particular.

¿Y de esto ha hablado alguna vez con Pedro Sánchez?

-No, no he hablado del asunto de Mikel Zabalza específicamente, pero como estoy dispuesto a intentar convencer a la dirección del Grupo de lo que planteo en esa proposición, estaría totalmente dispuesto a hacerlo con él o con cualquier ministro en que pudiera delegar, no tengo ningún problema, al contrario, sería para mí una satisfacción. Es un objetivo que debería estar en la mente de todos, y es fortalecer el Estado de Derecho, hacerlo mucho más creíble y fortalecer el sistema democrático. La transparencia pasa también, al cabo de unos cuantos años, y han pasado muchos, por abrir los archivos y los papeles. Y eso tiene que ser así, para cerrar heridas y para fortalecer la democracia en España.

Dada la marca que proyecta Felipe González sobre el PSOE, cabe pensar que en vida del ex dirigente socialista es difícil avanzar en el esclarecimiento del pasado.

-Pues no lo sé. Sobre el GAL y sobre las vinculaciones con sectores del Gobierno ya hubo sentencia aclaratoria. Si esa sentencia pudo ir más allá o no, no lo sé. Es verdad que actuaciones que se produjeron en la época, no olvidemos nunca, del terrorismo de ETA, que estaban por encima de la ley, pues evidentemente hay una responsabilidad en un último extremo en el Gobierno de turno. Eso es así, y entiendo que esos errores están asumidos.

¿Sí?

-Como errores al haberse producido. Otra cosa es que no haya habido un mayor pronunciamiento judicial que fuera más allá de Barrionuevo, Vera y de mandos de Cuerpos de la Seguridad del Estado. Las sentencias han llegado hasta donde han llegado, pero detrás de lo que entonces sucedió, por encima de la ley y en contra del Estado de Derecho, evidentemente hay una responsabilidad colectiva en el plano político. Es indudable. Es un poco como está sucediendo ahora con el caso de Villarejo y Kitchen. En fin, decir que había un compartimento estanco y que de Interior no pasaba la responsabilidad y que no trascendió y no fue conocedora de lo sucedido la ex secretaria General del PP, María Dolores de Cospedal, o al propio presidente del Gobierno entonces, Mariano Rajoy, es poco creíble. Otra cosa es que se pueda demostrar judicialmente. Pero políticamente hay cosas que no son creíbles.