Juan Carlos I se plantea viajar al Estado español en las próximas semanas, antes de que finalice este año, una vez que la Fiscalía del Tribunal Supremo parece inclinarse por archivar las tres investigaciones abiertas sobre sus fondos en el extranjero desde hace más de un año al no observar indicios de delito.

Juan Carlos I ha trasladado esta posibilidad a alguno de sus más cercanos allegados, aunque sin concretar si sería un regreso definitivo o eventual de Abu Dabi (Emiratos Árabes Unidos), ni dónde se alojaría, han informado a EFE fuentes de su entorno.

Una vez que ha trascendido que la Fiscalía podría no prorrogar sus indagaciones, el rey emérito "cree que ya puede volver", después de que no fructificaran los intentos que hizo antes al poder comprometer a su hijo, Felipe VI. Don Juan Carlos baraja venir al Estado español antes de las Navidades, "incluso en noviembre", apuntan las fuentes.

Los fiscales se inclinan por archivar su caso debido a la inviolabilidad que le protegía durante el periodo que reinó, lo que le eximiría de responsabilidad en las comisiones que pudo cobrar de Arabia Saudí por las obras del AVE a La Meca.

Las dos regularizaciones tributarias que acometió por valor de 5,3 millones de euros por el dinero donado por amigos para sus gastos personales también cierran la puerta a un posible delito, al tiempo que no se ha podido demostrar que ocultara fondos en paraísos fiscales.

El rey emérito emprendió rumbo a Abu Dabi el 3 de agosto del pasado año después de que la Casa Real, con el visto bueno del Gobierno, acordara que lo mejor era su salida temporal de España a la espera del resultado de las diligencias fiscales. Felipe VI dejó en manos de su padre la elección del destino en el extranjero.

En un primer momento, sopesó la opción de instalarse en Portugal, pero ante las reticencias del Palacio de la Zarzuela por la proximidad con el Estado español, decidió trasladarse al emirato invitado por las autoridades del país del Golfo Pérsico.

"Aquí no molesto a la corona", justificó el rey emérito, según su testimonio recogido en el libro publicado esta semana, "Mi rey destronado", obra de la escritora francesa Laurence Debray, quien le visitó en Abu Dabi en primavera.

Está por desvelar dónde fijaría su domicilio una vez que dé por cerrada su expatriación, al considerarse improbable su vuelta al Palacio de la Zarzuela, que fue su residencia durante más de 57 años.

Algunas informaciones indican que el Gobierno español estaría estudiando la posibilidad de alojarlo en alguna propiedad de Patrimonio Nacional por haber sido jefe de Estado y conservar el título de rey de manera vitalicia.

El entorno de Juan Carlos I no descarta que pudiera ir a Portugal, "donde tiene muchos amigos y es muy querido", señalan las fuentes.

Desde el país vecino podría desplazarse fácilmente a Sanxenxo (Pontevedra), uno de sus destinos favoritos donde están sus amigos de la vela y donde volvería a navegar a bordo del "Bribón", una de sus grandes aficiones.

Otra posibilidad que se ha apuntado sería convivir con su hija mayor, la infanta Elena, en su piso de Madrid, si bien, al estar situado en el centro de la ciudad, su exposición pública sería mayor.

Juan Carlos I, quien cumplirá 84 años el próximo 5 de enero, asegura tener buena salud, lo que ha atribuido a que ha hecho gimnasia a diario y que ha adelgazado doce kilos. Su movilidad, en cambio, sigue bastante debilitada y necesita el bastón para caminar, a pesar de haber recibido sesiones de fisioterapia con regularidad.

En su villa en Abu Dabi, ha estado asistido en todo momento por tres asistentes sufragados por Patrimonio Nacional, además de una pareja de sirvientes locales para las tareas del hogar dispuesta por sus anfitriones.

El rey emérito se ha mantenido al tanto de las noticias en España y ha estado en contacto permanente con sus amigos más estrechos mediante el teléfono móvil y el envío de wasaps. También le han visitado sus hijas, Elena y Cristina, y varios amigos, entre ellos, el periodista Carlos Herrera.

En el libro publicado sobre él, ha desvelado que ha seguido por internet la misa que se oficia en el Palacio de la Zarzuela y que, tras ver el entierro de Felipe de Edimburgo, esposo de Isabel II, ha confesado: "Ahora, debo pensar en el mío".