- El exministro Martín Villa siempre ha tenido respuestas para todo: para elogiar la Transición o para desmarcarse de la masacre de Vitoria -de la que sostiene que no tiene ninguna responsabilidad policial porque era ministro de Relaciones Laborales-. Incluso quedará para la historia una de sus frases más célebres: “Lo suyo son crímenes y lo nuestro, errores”.

Pero la muerte de Germán Rodríguez siempre le ha dejado sin respuestas. Siempre ha tratado de escurrir el bulto, precisamente porque es en la que más culpa tiene. Hace un año, ante la jueza Servini, Martín Villa se mostró parco en palabras y solo concedió algunas insinuaciones: que cuando se produjo la muerte España ya llevaba un año de democracia; que ya se había aprobado la amnistía y que la Constitución estaba a punto de aprobarse. Evasivas que terminó de redondear este sábado, cuando desde su entorno se recordó, con respecto a la muerte de Germán, que se produjo en el contexto de una manifestación a favor de presos de ETA. Es la última excusa sobre un suceso que le ha llevado a ser procesado por crímenes contra la humanidad.