El Parlamento de Navarra ha aprobado hoy de forma ya definitiva los presupuestos de 2022, el tercer proyecto de gastos del Gobierno de María Chivite, que más allá de las incertidumbres sociales y económicas con las que llega el nuevo año, contará con las cuentas públicas aprobadas en tiempo y forma. No es garantía de nada, pero supone al menos un colchón político importante por lo que pudiera pasar.

No se esperaban sorpresas en el pleno de hoy, y no las ha habido más allá de las ausencias por confinamiento de Javier Lecumberri (PSN), Pablo Azcona (Geroa Bai) y Arantza Izurdiaga (EH Bildu), que han votado por vía telemática. La sesión ha empezado tarde por las enmiendas planteadas a última hora por los grupos que sostienen al Gobierno, que dos meses después de que las cuentas llegaran al Parlamento todavía hoy pretendían hacer algunos matices. En su mayoría técnicos, pero la mitad se han quedado por el camino. Para su tramitación era necesaria el visto bueno de todos los grupos parlamentarios y Navarra Suma, que no ha visto aprobada ni una sola enmienda del proceso de comisión, tampoco estaba por la labor de facilitar las cosas.

Así que el debate ha virado ha sido en el fondo una nueva enmienda a la totalidad. La portavoz de la derecha, María Jesus Valdemoros, ha vuelto a criticar un presupuesto que considera irreal y que, afirma, no se podrá cumplir porque las previsiones económicas del próximo año, excesivamente optimistas, están sin corregir. "Es todo fruto de la improvisación, solo miran al corto plazo", ha criticado Valdemoros, que ha subrayado en el papel protagonista de EH Bildu. "Poliki poliki van a por su objetivo", ha criticado.

Pero la portavoz de Navarra Suma ha vuelto a quedar sola en su argumentario, rebatido por el resto de grupos parlamentarios, que han coincidido en señalar la incoherencia que ha mostrado la coalición derechista durante todo el proceso de enmiendas. "Están montados en un montón de dinero imaginario", ha ironizado Mikel Buil (Podemos).

Al final, el presupuesto ha salido adelante prácticamente como salió de comisión, donde los grupos que sostienen al Gobierno aprobaron 18 millones en enmiendas para pequeñas inversiones en municipios y ayudas a colectivos sociales y culturales. Y que ha visto la luz con la misma mayoría progresista que en los dos ejercicios anteriores: el apoyo de PSN, Geroa Bai, Podemos e Izquierda-Ezkerra, y la abstención activa de EH Bildu.

Se trata de un proyecto en líneas generales continuista, que mantiene la inversión extraordinaria de los dos últimos años para hacer frente a la pandemia, y que incorpora 162 millones en fondos europeos, que pueden ser más a lo largo del próximo año. En total, más 4.700 millones de gasto no financiero (si se cuentan las amortizaciones de deuda supera los 5.000 millones), que permitirán al Gobierno de Chivite contar con margen de maniobra presupuestaria para hacer frente a una incierta situación económica y un pandemia que parecía superada cuando se presentaron los presupuestos, pero que ha alcanzado el máximo histórico en el día de su aprobación.