El presidente de UPN, Javier Esparza, quiere una respuesta rápida y firme a la indisciplina de sus dos diputados el jueves en Madrid. La ejecutiva del partido ha tramitado ya un expediente sancionador con el objetivo de retirar la militancia a Sergio Sayas y Carlos García Adanero. Y para este sábado ha citado al consejo político, máximo órgano del partido, para escenificar un cierre de filas en medio de desconcierto y malestar en el que se ha sumido el conjunto de la organización.

Con un voto en contra, el del propio Adanero, y con tres abstenciones, las del alcalde de Tudela y Azagra, Alejandro Toquero y Rubén Medrano, y el de la representante de Juventudes Navarra, Laura Casanova (hija de Francisco Casanova, asesinado por ETA), la ejecutiva regionalista ha acordado pedir formalmente el acta a sus dos diputados y tramitar su expulsión en caso contrario. "La gravedad de su actitud, no sólo por su falta de disciplina, sino también por la ocultación de su voto final, todo además con premeditación, ha causado un daño de incalculables consecuencias y repercusión, tanto en el propio partido como en sus dirigentes", expuso en una nota la dirección, que considera que se ha puesto "en jaque la credibilidad y fiabilidad de UPN".

Ha sido una reunión por momentos tensa, que ha contado con la presencia de Adanero, que ha acudido para justificar su posición -Sayas quedó fuera de la dirección en el último congreso en el que se enfrentó por la presidencia a Esparza-. Está previsto que ambos acudan al consejo político donde se espera también una discusión que puede acabar subida de tono visto el malestar que esgrimen tanto en público como en privado los diferentes líderes regionalistas.

Una buena muestra es la nota que ha hecho pública UPN para anunciar las medidas disciplinarias, y en la que señala que "el valor de la palabra dada siempre ha acompañado a UPN desde su nacimiento y es su seña de identidad". "Todo esto nos obliga a ser contundentes en defensa del interés y el respeto de nuestro partido y nuestros votantes", afirma la dirección del partido, que considera que "la grave indisciplina y el grave perjuicio para la imagen y respetabilidad de UPN obliga a pedirles que entreguen sus actas de diputados y, de no ser así, iniciar los procedimientos necesarios para su expulsión".

En manos del comité de garantías

Tampoco hay mucho más margen. El desafío de Sergio Sayas y Carlos García Adanero ha tenido una enorme repercusión mediática, y no solo en Navarra. Ha cuestionado la capacidad del partido para alcanzar y cumplir acuerdos con el resto de formaciones, incluso con el Gobierno de España. Y ha abierto una grieta de contradicciones en una formación ideológicamente alineada con el PP -en ciertos puntos también con Vox- pero necesitada de los acuerdos con el PSN para gobernar.

El expediente disciplinario es en cualquier caso el inicio de un proceso que todavía se puede prolongar varios días. Y queda por conocer la respuesta que dan las bases del partido, más allá de los órganos oficiales. No hay por ahora una base crítica, pero podría surgir si Sayas y Adanero optan por dar batalla política y cuentan para ello con el apoyo de los dos partidos que han alentado su insurrección en Madrid.

De momento los dos diputados mantendrán su acta en el Congreso, donde ayer seguían recibiendo el apoyo de diputados de PP y de Vox y sus respectivos entornos mediáticos. Algunas fuentes apuntaban incluso la posibilidad de que ambos pasen a formar parte del grupo parlamentario del PP, que estaría dispuesto a abrir las puertas a los dos diputados díscolos. Un aspecto que ni Sayas ni Adanero han querido confirmar.

A falta del debate que se pueda dar hoy en el consejo político, queda en manos del comité de garantías proponer la sanción disciplinaria que considere oportuna, pero hay pocas dudas de que resolverá en favor de los postulados de la dirección del partido. "Los diputados no representan a UPN y no pueden seguir en UPN", defendió ayer el propio líder de la formación, que tuvo la réplica de Sayas: "Es Javier Esparza quien ha dejado de representar a los votantes de UPN".

El cruce de reproches es fiel reflejo de la tensión que se vive en el seno del partido, y que ha sacado a Miguel Sanz del retiro político para cerrar filas con su presidente. El golpe ha sido tan inesperado como duro, y no va a ser fácil recomponer el orden interno. Esparza ya ha dado el primer paso. Les toca mover ficha a los dos diputados.