La crisis interna abierta en UPN tras la votación de la reforma laboral puede dejar al partido regionalista sin representación en el Congreso de los Diputados por primera vez desde 1979. Es de hecho el escenario más probable, tanto si Sergio Sayas y Carlos García Adanero presentan la dimisión, como les pide el partido, como si se mantienen en su escaño al margen de la disciplina de UPN.

En caso de que los diputados de UPN entreguen su acta, la dimisión daría paso a Cristina Sanz y Sonia Pérez, que integraron el tercer y cuarto lugar en la lista de Navarra Suma en representación de PP y Ciudadanos, respectivamente. Este escenario podría tener además consecuencias económicas para los regionalistas, que perderían parte de la subvención institucional.

UPN siempre ha contado con un miembro en la Cámara Baja, incluso tras la ruptura con el PP en 2008, que dejó a Carlos Salvador como único representante con la marcha de Santiago Cervera al Partido Popular.

Aquella ruptura recuerda mucho a la actual. El acercamiento progresivo de UPN al PSOE tras el cambio de gobierno frustrado de 2007 había llevado a su presidente, Miguel Sanz, a plantear una abstención a los presupuestos del Gobierno de Zapatero. Una decisión meditada que acabó con la refundación del PP en Navarra. Casi dos año después, en mayo de 2010, la abstención de UPN salvaría el plan de ajuste presupuestario de Zapatero por apenas un voto.

La diferencia es que esta vez la crisis interna ha llegado de forma inesperada y sin el debate previo que sí se dio en 2008. No ha habido votación en el consejo político y los diputados afirman que no se les ha argumentado la decisión. Ambos darán batalla interna para justificar su voto y tratar de salvar la militancia, al menos a corto plazo. Algo que puede abrir un serio debate en la derecha navarra, que hasta ahora y a diferencia del resto de comunidades autónomas se ha mantenido cohesionada y unida en torno a una única sigla electoral. Con el PP y con Ciudadanos sin estructura y fuera de juego electoral, la sombra de Vox planea sobre la sede regionalista.

La respuesta de la dirección ha sido inminente. Apenas dos horas después de que Sergio Sayas y Carlos García Adanero consumaran la indisciplina la ejecutiva emitió una nota en la que les “exige” el acta de diputados. “Han tomado la decisión en contra de los órganos del partido”, afirma la cúpula de la organización, que acusa a sus todavía compañeros de partido de haberlos “engañado”. Señalan así, sin citar siglas, que habían advertido “del sentido final de su voto a otras formaciones políticas”, mientras la dirección de UPN “desconocía este extremo”.

La dirección ve además cuestionada su autoridad ante el resto de partidos, y en especial ante el PSN y el PSOE, formaciones con las que había pactado validar la reforma laboral a cambio de un apoyo a Enrique Maya en el pleno de ayer de Pamplona. “Lo que ha sucedido hoy no representa a UPN, un partido de palabra, de valores y de principios, que cumple sus acuerdos. Entre esos valores y principios no se encuentra no cumplir la palabra dada”, recoge la nota, que califica de “absoluta e inaceptable” la “deslealtad con los votantes, afiliados y órganos del partido es absoluta e inaceptable”. Por ello reclaman la devolución del acta “inmediatamente”. Si no lo hacen, es posible que se abra un proceso de expulsión.

“Entiendo el enfado. El compromiso de UPN era apoyar esa reforma. Habrá consecuencias”

Vicepresidente de UPN