La Audiencia Nacional ha revocado el tercer grado que Instituciones Penitenciarias había concedido al preso de ETA Iñigo Gutiérrez, padre de Izadi y único tutor de la niña de tres años. Su madre, la navarra María Lizarraga, se encuentra también en prisión, por lo que el entorno familiar alerta de la situación en la que queda ahora la menor.

Gutiérrez fue puesto en libertad con obligación de volver a la noche a prisión a finales de enero después de que la Secretaría General de Instituciones Penitenciaria acordara el tercer grado. Ingresó en prisión en 2008 y en enero de 2019 cumplió las tres cuartas partes de la condena de 14 años por delitos de colaboración con banda armada y depósito de armas.

La Audiencia Nacional revoca ahora la decisión y le obliga a cumplir íntegros los cinco meses que resta del total de la condena. A última hora de esta tarde todavía no había recibido confirmación de ingreso en la prisión de Basauri, a donde había sido trasladado recientemente y donde acude a pernoctar. Por lo que sus familiares y amigos temen que se le comunique el reingreso esta misma noche sin tiempo de adaptación para la menor.

Único tutor de Izadi

Izadi Gutiérrez Lizarraga ha vivido en prisión desde su nacimiento hasta prácticamente cumplir los tres años. Es hija de dos condenados por pertenencia a ETA -el vecino de Algorta Íñigo Gutiérrez Carrillo y la burladesa María Lizarraga Merino. Nacida el 23 de enero de 2019 en Valencia, ha pasado la mayor parte de su corta vida entre las paredes del centro penitenciario de Picassent. Ahí estuvo con su madre, mientras a su progenitor solo le veía en las visitas que permite el régimen penitenciario.

Al cumplir los tres años tuvo que separarse de su madre, por lo que una campaña popular reclamó la libertad de sus progenitores para que pudieran acompañarla fuera de prisión. Finalmente, Instituciones Penitenciarias otorgó el tercer grado a su padre, a cinco meses del cumplimiento íntegro de la condena. En la actualidad, Izadi vive por su padre en Algorta.

La plataforma Izadi gurasoekin etxera (Izadi con sus padres a casa) ha mostrado su preocupación por la situación en la que queda ahora la pequeña, que después de tres semanas de convivencia con su padre va a verse obligada a una nueva separación sin tiempo para adaptarse a una situación que le es ajena.