El impulso a los Derechos Humanos que prevé el Plan de Convivencia seguirá en la agenda del Gobierno de Navarra. Pese a que Navarra Suma y EH Bildu rechazaron en el Parlamento el textoNavarra SumaEH Bildu, las 92 medidas, trabajadas durante meses por el Ejecutivo y en las que han participado 67 organizaciones y más de 300 personas, tienen encaje con muchas de las líneas políticas que desarrollan las consejerías de Navarra, y que emanan del espíritu del acuerdo programático de 2019. Así, el plan aborda la convivencia desde una perspectiva abierta, integral y transversal. Va más allá de la tradicional tensión ideológica e identitaria, y abarca campos como la diversidad cultural, la diversidad sexual y de género, el pluralismo religioso y laico, o los fenómenos derivados de la inmigración.

DERECHOS HUMANOS

El plan del Gobierno apuesta por “potenciar los mecanismos para la aplicación de los Derechos Humanos en las actuaciones del conjunto institucional, político, social y económico de Navarra”. Entre las acciones a desarrollar se incluyen la convocatoria de ayudas para realizar informes sobre vulneraciones y proyectos que fomenten el compromiso con los DDHH; convenios con entidades sociales y locales; jornadas específicas; formación de profesionales; la creación de un observatorio permanente; o el desarrollo de un servicio de justicia restaurativa intrajudicial y comunitaria y otro de mediación penal para lograr la reinserción

CONVIVIR EN LA DIVERSIDAD

Navarra es una comunidad “diversa y plural”, en lo personal, en lo cultural, en lo identitario, en lo ideológico y en lo religioso. Entre las acciones a desarrollar en este ámbito se plantea un plan de acogida para personas migrantes; un plan de lucha contra el racismo y la xenofobia; un marco de interlocución entre las diferentes confesiones religiosas; programas contra la discriminación sexual o de género; encuentros entre las distintas realidades identitarias; y jornadas para la promoción del euskera como valor patrimonial y cultural de Navarra.

DERECHOS DE LAS VÍCTIMAS

“Todas las víctimas merecen ser reconocidas, sin equiparaciones, ni diluciones”, afirma el Plan de Convivencia, que subraya que “Navarra ha sufrido de una manera especial el terrorismo de ETA”. Entre las acciones a desarrollar se incluyen el plan de exhumaciones; un censo de exiliados del 36; un plan de atención a las víctimas de ETA; un acuerdo con la federación de municipios para evitar actos e iconografías que enaltezcan la actividad de ETA; unidades didácticas sobre el impacto del terrorismo; investigaciones sobre las víctimas del terrorismo de extrema derecha; o el desarrollo de la ley de reconocimiento de las víctimas de funcionarios públicos.

MEMORIA CRÍTICA E INCLUSIVA

Navarra apuesta por “construir una memoria inclusiva, integral que contemple todas y cada una de las páginas de la violencia vivida en Navarra”. “La memoria del terrorismo y de la violencia política debe tener en cuenta a todas las personas que han sido víctimas en los diferentes contextos”, asume. En este ámbito se buscará la promoción de fondos documentales y difusión de testimonios de víctimas; la apuesta por nuevas investigaciones académicas; programas de sensibilización y divulgación; retirada de simbología; aprobación de lugares de memoria; y la preservación del espacio público de actos o iconografías que idealicen o enaltezcan la violencia en cualquiera de sus formas.

EDUCACIÓN PARA LA CONVIVENCIA

El Gobierno reconoce que “la educación a todos los niveles es uno de los medios fundamentales para edificar una cultura de paz y de convivencia”. Para ello va más allá del entorno escolar, mira también a internet y las redes sociales, los medios de comunicación, la cultura y el deporte. Con este objetivo se desarrollararán un red de Escuelas con Memoria; programas de víctimas educadoras; planes de convivencia en centros educativos; impulso a los programas Skolae o Laguntza; actividades formativas; campos de voluntariado juvenil; y la prevención de la violencia en los espacio deportivos.

EJEMPLARIDAD DE LAS INSTITUCIONES

El plan subraya finalmente la “influencia” de las instituciones y de la política para “modular la convivencia”. Por ello reclama reclama “respeto a la pluralidad existente”. Apunta cuatro ámbitos en los que actuar: la desconfianza y desafección de la política y de las instituciones; la polarización y crispación; la necesidad de una cultura del pacto; y el desarrollo de una buena gobernanza. Aboga además por “fomentar la reflexión social e institucional” en este ámbito.