pamplona - La puentesina Rosa Sola Eyaralar, de 49 años, acumula más de 21 años como policía foral, la práctica totalidad de ellos como integrante de la unidad de Protección de Autoridades. A su cargo ha estado la seguridad de presidentes del Gobierno de Navarra, consejeros, jueces y jefes del Cuerpo autonómico, y más recientemente mujeres víctimas de violencia de género. “Suelo pasar más desapercibida que los compañeros chicos, porque la gente ve a una personalidad o a un político y busca al escolta hombre, pero no imaginan que pueda serlo una chica”, admite.

Con estudios de Informática y un curso de Graduado Social, la llegada Rosa a la Policía Foral fue vocacional. “Terminé la carrera y tenía claro que quería ser policía, así que dejé el trabajo de auxiliar administrativo en el Ayuntamiento de Puente la Reina y me dediqué a prepararme para entrar en la Policía Foral. Me presenté a la oposición porque me gustaba este trabajo, realmente quería ser policía foral”, recalca.

Rosa ingresó en el Cuerpo autonómico en 1997 y su primer destino fue el grupo dedicado a la protección de edificios (comisaría central, sedes de consejerías del Gobierno de Navarra), si bien al cabo de solamente un año accedió a la División de Protección de Autoridades (hoy brigada) para trabajar como escolta, labor que ha desempeñado ininterrumpidamente durante casi dos décadas y unidad en la que coincide actualmente con otras dos compañeras, una de ellas subcomisaria. “Es cierto que en los primeros años había un riesgo mayor que ahora, pero quería trabajar de escolta”, sostiene Rosa, que destaca que “siempre me ha gustado la actividad física y he practicado todo tipo de deportes, y también tengo formación en defensa personal, en defensa personal policial y en defensa personal femenina”.

Echando la vista atrás, Rosa, que también ha impartido formación en la Escuela de Seguridad y Emergencias de Navarra, recuerda que cuando ingresó en la Policía Foral “nos conocíamos todos, porque éramos muy poquitos y muy poquitas. Seríamos unos 300 policías y de ellos, unas 30 chicas. Pero la organización ha ido creciendo con los tiempos, expandiéndose con la apertura de más comisarías y nuevas unidades, por lo que ahora hay más destinos, más trabajos que poder desarrollar que hace 20 años”. En ese sentido, Rosa “anima a cualquier mujer a que se presente a la oposición de este año, porque hacen falta más mujeres en Policía Foral. Aunque lo que más ve el ciudadano es el trabajo de los compañeros de Tráfico, hay multitud de tareas que desarrollar dentro de la Policía Foral”. - J.M.S.