cáseda - Primero se oyeron los gritos, “la gran bronca, los golpes y finalmente, los tiros”, recuerdan los vecinos más cercanos. Aún en su incredulidad, buen número se mantuvo en las inmediaciones de la calle Nueva, lugar de los hechos, hasta la medianoche en la que se levantaron los cadáveres. Algunos asistieron a las víctimas en los primeros auxilios antes de que llegaran los recursos sanitarios. “Fermín estaba reventado de un tiro en el pecho y sus hijos todavía mantenían constantes vitales, lamentaba una vecina entre los numerosos medios que ayer llegaron a al pueblo. “Hemos estado toda la noche sin dormir, viendo a los muertos”.

La noche fue ajetreada, “larga y dura” en la pequeña localidad de casi mil habitantes en el padrón, con manifiesta presencia policial que se mantenía a la entrada de la localidad ayer por la mañana.

Los supervivientes e implicados en la tragedia familiar, aseguran los testigos, “no eran capaces de asimilar la realidad”. Tampoco los vecinos, porque Amparo y Julio hacía varios años que residían en el pueblo, pero la familia de éste estaba vinculada a Cáseda desde hacía casi 20, y habían establecido verdaderas relaciones de vecindad. - M.Z.E