la conmemoración hoy, 2 de noviembre, del Día Internacional de la Muerte Digna ofrece una oportunidad para parar un momento, reflexionar sobre el “buen morir” y poner sobre el papel las últimas voluntades, según la asociación Derecho a Morir Dignamente, que anima a “perder el miedo”.

“Anímese usted, pierda el miedo y hágalo” es el llamamiento que hace la asociación que, entre otras cuestiones, defiende la libertad de toda persona para poder decidir el momento y forma de finalizar su vida, especialmente cuando padece un deterioro irreversible y un sufrimiento insoportable. La conmemoración de este día internacional llega este año en un momento en el que el debate sobre la muerte ha entrado de lleno en la agenda política con leyes como la de Cuidados Paliativos o las propuestas de modificación del Código Penal para despenalizar y regularizar la eutanasia y el suicidio asistido.

Se trata de leyes “muy importantes”, ya que “a todo el mundo le preocupa morirse bien, aunque no se hable de ello, puesto que sigue siendo un tema tabú”, manifiesta Camino Oslé, miembro de la citada asociación. Por eso, aprovechando el trámite parlamentario de estas iniciativas y el Día Internacional, desde la asociación invitan a una “reflexión personal, a pensar qué se interpreta por buen morir y escribirlo”. Para ello, se dispone en Navarra de las herramientas que ofrece la Ley de Acompañamiento y de las garantías al final de la vida, que, según remarca, “reúne una serie de conquistas que hay que aprovechar, como la autonomía del paciente”.

Y es que “se legalice o no la eutanasia, uno puede decidir muchas cosas”, subraya Oslé, quien anima a dar el paso y a recoger esas decisiones en los testamentos vitales o de últimas voluntades. Ese documento, que puede ser tramitado en todos los centros de salud de la Comunidad Foral, queda registrado en la historia clínica, de forma que el personal sanitario de Atención Primaria, Especializada o de Urgencias lo puede consultar.

“Queda ahí para los facultativos y para uno mismo, porque puede venir bien en el caso de no estar en condiciones de hablar o decidir cuando llegue el momento” y también “ayuda muchísimo” a los allegados en la toma de decisiones, reconoce Oslé, quien destaca que Navarra es la primera comunidad autónoma en cuanto a testamentos vitales. Según los datos facilitados a Efe por el Gobierno foral, a 31 de octubre el número de testamentos vitales registrados era de 7.475, de los que 4.715 son de mujeres y 2.760 de hombres.

En esta línea, Oslé valora la creación del Observatorio del Buen Morir, que aportará datos sobre “cómo se muere en Navarra y cómo se puede mejorar”, así como la formación que el Gobierno foral está impartiendo al personal sanitario y las conferencias, que son recibidas “estupendamente”.

“Dejar las cosas claras es como un descanso”, apunta, tras lo que insiste en que es importante que cada vez sea mayor el número de personas que plasme sus decisiones en un documento porque eso “da pie a más cosas”, a que se tenga en cuenta que esto es “importante”. - Efe