PAMPLONa - Un conductor de nacionalidad rumana y de 41 años de edad aceptó ayer de conformidad en el Juzgado de Instrucción número 1 de Pamplona una condena consistente en una multa de 960 euros y la privación del derecho a conducir vehículos a motor durante 244 días después de que la madrugada del pasado sábado fuera interceptado en la carretera N-121-A en Bera al conducir bajo la influencia del alcohol. Lo curioso del caso es que el conductor fue interceptado cuando llevaba colocados unos auriculares y estaba viendo una película en el teléfono móvil, que lo tenía colocado sobre el salpicadero del copiloto. Cuando la Policía Foral le hizo interrumpir su marcha para detenerse en el control, el vídeo seguía funcionando en el dispositivo y el conductor continuaba con los auriculares en la oreja. Sin embargo, por dicha conducta no fue ayer juzgado, ya que la misma constituye una infracción administrativa. De hecho, pagó en el momento 100 euros como sanción y se le inmovilizó el vehículo hasta que otra persona se pudo hacer cargo del mismo.

Pero ayer tuvo que hacer frente en el juzgado a la infracción de conducir con una tasa de alcohol por encima de 0,60 miligramos por litro de aire espirado, que constituye un delito. El acusado, N.M.S., aceptó en el juzgado de guardia los hechos y reconoció que sobre las 3.00 horas del 10 de noviembre conducía un turismo de su propiedad por la carretera N-121-A en el término municipal de Bera. Al parecer, se dirigía a un aparcamiento de la zona donde tenía su camión estacionado. Circulaba después de haber consumido una gran cantidad de bebidas alcohólicas, por lo que fue dado el alto por agentes de la Policía Foral en el kilómetro 65, teniendo dificultades para pararse correctamente debido a su estado. Los agentes le apreciaron claros síntomas de ebriedad. Sometido a las pruebas de etilometría, arrojó como resultado 0,68 y 0,67 miligramos de alcohol por litro de aire. - E.C.