Con una especie de autobiografía, el escritor guipuzcoano Bernardo Atxaga trasladó ayer a las personas que se acercaron a Baluarte a la cárcel de Martutene a través de un relato literario. La historia que el novelista, poeta y ensayista relató ayer llevó a los espectadores a la cárcel de Martutene, donde acude un escritor para ofrecer una charla sobre literatura vasca antigua a los presos del centro penitenciario.

Con este pretexto, Atxaga realizó una lectura literaria en euskera en la que recorrió a través de diferentes textos célebres, novelados o poéticos, aspectos tanto de la literatura como de la tradición vasca. Además, lo hizo en clave de humor, con un tono irónico, a la vez que iba intercalando piezas literarias de su propia cosecha y también de otros autores.

La historia del escritor que acude a Martutene tan solo fue una excusa para que Atxaga recitase pasajes en euskera, no obstante, aunque no se trata exactamente de su caso, el escritor de Asteasu impartió varias conferencias en cárceles francesas acerca del euskera y de la literatura vasca. La lectura la hizo con la ayuda del actor Jose Cruz Gurrutxaga, en la que se incluyó, entre otros, un poema de la escritora navarra Beatriz Chivite.

trayectoria Bernardo Atxaga es considerado como uno de los mejores escritores en euskera de las últimas décadas en todos los géneros literarios. Ha publicado más de 25 libros de índole infantil y juvenil y ha escrito diversas novelas radiofónicas y obras de teatro.

Durante su dilatada trayectoria ha recibido numerosas distinciones entre las que destacan el Donostiako Hiria (1979, 1983), el Premio Nacional de Narrativa (1989), el Premio Euskadi de Literatura (1989, 1991, 1996, 1997), el Premio de la Crítica (1979, 1985, 1988, 1993), o el Premio de las Tres Coronas del Pirineo Atlántico (1995).