PAMPLONA El Juzgado de lo Penal número 3 de Pamplona acoge desde mañana, y por segunda vez, una vista oral que se prolongará durante cinco días por los presuntos abusos sexuales, lesiones y amenazas cometidos por un exmonitor del colegio ocupacional El Molino a una joven con discapacidad. El juicio se desarrollará a puerta cerrada y será posible su celebración después de que la Sección Primera de la Audiencia Provincial de Navarra obligara a la jueza en abril del año pasado a fijar un nuevo señalamiento. El tribunal estimó el recurso presentado por los abogados de los padres de la víctima contra el primer archivo decretado por la magistrada que cerró el caso al entender que los progenitores no estaban legitimados para ejercer la acusación. Así, decía que aunque la joven tiene reconocida administrativamente una discapacidad del 76%, nunca había sido declarada incapaz judicialmente. Pero la Audiencia corrigió ese criterio, negó a la magistrada la competencia para archivar el caso y consideró que la falta de capacidad de representación procesal de los padres para actuar en nombre y representación de su hija discapacitada es un "defecto subsanable". Por ello, además, durante este tiempo los padres llevaron a cabo la modificación judicial de su capacidad. Los abogados Silvia Sánchez y José Luis Beaumont recurrieron en su momento el archivo del caso y la Audiencia Provincial estimó íntegramente sus alegaciones, al concluir que "la defensa ha consentido a lo largo de todo el dilatado procedimiento" que los progenitores de la joven ejercieran la acusación particular, por lo que "no causa indefensión, ni privación efectiva y real del derecho de defensa" dicha circunstancia, una vez que se subsane desde el punto de vista judicial su situación de incapacidad.

A PUERTA CERRADA Ahora, el asunto vuelve al juzgado del que salió en su día de mala manera. Los hechos se remontan a abril de 2015 cuando un exmonitor del centro ocupacional está acusado de cometer abusos sexuales sobre una usuaria que tiene un 75% de discapacidad psíquica. El Juzgado de Instrucción 3 de Pamplona, en una decisión ratificada por la Sección Segunda de la Audiencia, observaron indicios para sentar al acusado en el banquillo. Entendían que estos episodios "habían dejado huella en el sistema nervioso central de la joven víctima, que cuando ha sido observada con parámetros adecuados para analizar y valorar su situación evidencia la existencia de un estado de sobreactivación, que correlaciona las dificultades para conciliar el sueño y la agitación que experimenta ella, lo que de manera clara y nítida indica la exposición real a una situación traumática de amenaza física y unido a ello, su respuesta corporal de congelación o de ausencia, y la exteriorización de actos defensivos inconclusos propios de una previa vivencia real de amenaza y de miedo físico y hace patente la existencia de un acto defensivo no concluido". Así se expresó el tribunal dando relevancia a las testificales y periciales de tres profesionales psicológicos. Mañana comenzará el juicio con las cuestiones previas, la declaración del acusado y el visionado de vídeos. Entre martes y miércoles declararán diez testigos de la acusación y otros 13 de la defensa, mientras que el jueves pasarán siete peritos por el juzgado. El viernes se acabará con los informes y conclusiones. E.C.