pamplona - Muchas familias están estos días con los nervios a flor de piel. Se trata de padres y madres residentes en Pamplona y Comarca que quieren inscribir a sus hijos e hijas en centros concertados (y algunos públicos) donde casi todos los años las solicitudes superan a las plazas ofertadas. Temen enfrentarse al sorteo público, que es el método por el que se resolverán aquellos casos de empate y se celebrará el viernes 15 de febrero, a las 13.00 horas en la sede del departamento de Educación.

El proceso de admisión del alumnado de Infantil y Primaria (el meollo está en los escolares que se incorporan por primera vez al sistema educativo), se rige por un baremo de criterios prioritarios y complementarios, que se aplica en los centros educativos con más demanda que oferta. Casi todos los solicitantes reciben los 4 puntos que se conceden por tener el domicilio en el área de influencia, y muchos obtienen además puntos por otras cuestiones, como son tener hermanos en el centro, la concurrencia de discapacidad, ser familia numerosa o rentas bajas. Los que reciben algún punto en estos apartados no tienen problema para acceder a ningún colegio ya que obtienen una puntuación mayor.

Una vez realizada esa criba, en los casos en los que siga habiendo más solicitudes que plazas, se aplica el criterio complementario, que concede 0,5 puntos a aquellos solicitantes que viven a una distancia igual o inferior a 1.500 metros del centro elegido en primer lugar. Así las cosas, aquellas familias que tienen 4,5 puntos (4 por el área de influencia y 0,5 punto por la proximidad) son los que entrarán en el sorteo para optar a las plazas restantes. En otras palabras, aquellos que no tengan ese medio punto es imposible que logren plaza en un colegio en el que hay muchas solicitudes con 4,5 puntos.

el viernes, día clave Aunque la prematrícula comienza mañana, muchas familias apurarán hasta el próximo viernes a última hora de la mañana para decidir dónde entregan finalmente la solicitud. De hecho, en las inmediaciones de algunos centros, principalmente concertados, se suelen vivir momentos de incertidumbre y nerviosismo, en los que un progenitor se encuentra en un colegio y el otro, en otro centro y, según las posibilidades de entrar que hay en ese momento, la balanza se inclina de un lado o del otro.

El pasado año, en la red concertada se registraron un total de 82 excedentes (más solicitudes que plazas) procedentes de al menos diez centros. Ahora bien, los escolares que acudieron al sorteo superaron los 270. - M. Olazarán