Kiev - Una decena de familias españolas que están a la espera de que se reconozca la paternidad de sus bebés nacidos por gestación subrogada en Ucrania han recibido con rabia e impotencia la decisión de anular la instrucción por la que se abría la puerta a la inscripción de los menores con una prueba de ADN.

“El Gobierno español está jugando con las familias, dejándonos desamparados y utilizándonos para mandar un mensaje negativo a otras parejas españolas que estén considerando la gestación subrogada”, comentó Ana Reyes Rodríguez, que llegó a Kiev junto a su marido en diciembre pasado.

La anulación por parte del Ministerio de Justicia de España llegó un día después de que se emitiese una instrucción por la cual los registros consulares de España en todo el mundo podían aceptar una prueba de ADN como garante de la paternidad o maternidad de uno de los progenitores españoles.

Precisamente, esa medida venía a sustituir la normativa por la cual se exige una sentencia previa de filiación del menor, un trámite que hasta la fecha las familias no han podido cumplimentar en Ucrania.

Las familias se consideran víctimas de cambios de criterio y retrasos administrativos, a lo que hay que sumar las dificultades económicas por la dilación del proceso.

“Sólo queremos inscribir a nuestros bebés y volver a España con ellos”, afirma Amador, quien tras dos meses de espera en Ucrania reconoce haber perdido su puesto de trabajo.

Su mujer, María Gil, voló ayer de regreso a España “sin mi niña, a quien no podré volver a ver en varias semanas. Tengo el corazón roto”, explica mientras no aparta la mirada de Daniella, que cumplió ayer dos meses.

Por su parte, fuentes consulares insisten en que están en contacto frecuente con las familias, a quienes han recibido repetidas veces en las dependencias del consulado y atendido caso por caso.

El Gobierno español recuerda que la gestación subrogada es una práctica prohibida en España, y que desde 2006 lleva desaconsejando el procedimiento.

Algunas de las familias cuentan con abogados especializados en la materia para asistirles durante el proceso, y registran a los bebés como hijos de una relación extramatrimonial con el consentimiento tanto de la madre gestante en Ucrania como de la pareja española.

“Para España, la madre es la que pare. Sin embargo, en Ucrania la legislación nos reconoce como padres y madres de pleno derecho desde que el niño nace”, cuenta Ramón Martínez, quien recurrió a la gestación subrogada tras un doloroso periplo con los procesos de adopción.

Las parejas tienen la opción de inscribir al bebé con nacionalidad ucraniana., aunque la denominada “vía ucraniana” implica cierta pérdida de derechos para los padres, que no podrían pedir bajas por maternidad y paternidad de regreso a España.