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Como buenos navarros que son, Florette es especialista en verduras y vegetales frescos listos para consumir. Lleva 30 años cultivando más de 60 variedades de materia prima para ofrecer nuevos productos saludables y sabrosos que ayuden a las personas a alimentarse mejor. Y lo ha conseguido. Gracias a su apuesta en innovación, hoy en día conocemos muchas categorías de producto consolidadas en el mercado: mezclas de ensaladas, primeros brotes, Ensaladas Completas, superalimentos, ensaladas funcionales como las nuevas Ensalada Detox o Ensalada Completa Antiox, o el último éxito, las Recetas Micro: dos saludables recetas calientes cocinadas al vapor con una base de vegetales frescos acompañados de arroz o noodles que, además, son aptas para vegetarianos: Receta Micro Hindú y Receta Micro Asiática.

Florette tiene campos repartidos por toda la península ibérica y Canarias. Una de sus principales zonas de cultivo está en Navarra, y se reparte por los municipios de Cadreita, Peralta, Arguedas y Villafranca. En las más de 800 ha que tiene cultiva diferentes variedades de lechuga y verdura como iceberg, escarola lisa, escarola rizada, espinaca, acelga, radicchio, lechuga romana, batavia, lollo rojo y trocadero al aire libre, y primeros brotes de rúcula, canónigo verde y rojo, kale, acedera, lechuga, espinaca, berro, red chard, savia roja y tatsoi en cultivos protegidos.

“Navarra es nuestro origen y aunque tenemos actividad en varias zonas de la península y Canarias, ésta sigue siendo el área de mayor capacidad productiva de Florette”, comenta Fermín Aldaz, director comercial y de marketing de Florette. Con 800 hectáreas de cultivo y dos centros de producción situados en las localidades de Milagro y Arguedas, Florette emplea en la región a más de 700 trabajadores. Desde Navarra salen diariamente más de 300.000 ensaladas de Florette.

Las lechugas de Florette se cultivan bajo prácticas sostenibles que respetan su crecimiento natural para que así mantengan toda su frescura y sabor. Primero los agricultores preparan la tierra para plantar con mimo las semillas, que necesitan un espacio prudente entre ellas para que crezcan adecuadamente. Después se dejan germinar a su ritmo, sin prisa, y se riegan en su justa medida, ni una gota de más ni una de menos. Por último se recolectan en su momento óptimo, a primera hora de la mañana, para asegurar el mejor sabor y la máxima frescura.