Tres máquinas de apuestas ocupan una de las esquinas de un salón de juegos de la Comarca de Pamplona. Sobre ellas, una televisión de plasma de unas 40 pulgadas divide su pantalla en pequeñas parcelas que emiten deportes disponibles para apostar en la máquina. Alrededor de la sala, las luces y sonidos de los aparatos de juego llaman la atención de todo el que entra. Allí dentro se puede apostar, jugar a las tragaperras, sentarse en la ruleta o probar suerte en el bingo on line. La afluencia no es alta, y ocho de las diez personas -todas ellas hombres- que hay en el salón están en torno a las máquinas de apuestas. Las otras dos, en la ruleta.

Y es que a pesar de que las apuestas -y el juego en general- on line es el que más ha crecido en los últimos años, la realidad es que el presencial sigue siendo el que más dinero mueve en Navarra y en el conjunto del Estado, donde en 2017 se apostaron más de 330.000 millones de euros. En el caso de la Comunidad Foral, de los 74 millones apostados, el 78,1% se obtuvo a través de pronósticos presenciales.

Alrededor de la máquina, los usuarios conversan sobre cuál es la mejor combinación para ganar algo de dinero y gastarlo el fin de semana. En una de ellas, dos hombres que pasan los cuarenta hablan en árabe mientras miran la pantalla en la que el caballo número 4 ha ganado una carrera de hípica. A su izquierda, tres varones, más jóvenes que los anteriores, discuten sobre qué equipo se alzará campeón de la Champions y sobre en qué jornada Osasuna ascenderá a Primera División. A su lado, tres adolescentes, que superan por poco la mayoría de edad, hacen cábalas para conseguir 20 euros y pagarse la entrada a una discoteca.

La fotografía retrata bastante bien el funcionamiento de las casas de apuestas, un negocio con un nicho de amplia diversidad (de edad, raza o clase). En este sentido, el pasado año, el 4,5% de los residentes en el Estado entre 18 y 75 años recordaba haber apostado sobre resultados deportivos en tiendas, salones o bares en el último año. Según el Anuario del juego en España de la revista AZARplus, los datos anuales apuntan a que las apuestas recogen aficionados de todas las clases sociales atraídos por el deporte y, sobre todo, por creer saber de deporte. Algo que han impulsado las campañas de publicidad en las que ha tomado parte el deporte profesional y jugadores referentes. Tal es la magnitud que ha alcanzado este sector que en el año 2017 las empresas del juego daban empleo a un total de 2.350 personas para atender el juego presencial en los diferentes establecimientos de todo el Estado.

“Las casas de apuestas, la heroína del siglo XXI”, reza una pintada en un paso de cebra en el barrio de San Jorge, una reivindicación que se está extendiendo por los asfaltos de diferentes localidades y que busca concienciar sobre la irrupción de las casas de apuestas en la sociedad, especialmente en la gente joven. Una intrusión que ha traspasado las puertas de los hogares y cada vez son más las personas que realizan pronósticos deportivos desde el sofá de su casa. El propio deporte invita a ello. Ver un Barça-Madrid también se convierte en una contienda entre Betfair y Codere. La publicidad de casas de apuestas se ha hecho por completo con los equipos deportivos de las principales disciplinas y, por si fuera poco, hasta el descanso entre los tiempos se aprovecha para recordar a los espectadores a cuánto están las cuotas del partido y animarles a apostar.

En este clima, y con el adelanto que ha supuesto la tecnología on line, cualquiera puede apostar sin moverse del sofá de su casa, basta con entrar en la página web de cualquier firma. De hecho, el juego no presencial, es decir, el que se practica a través de internet, está al alza y en Navarra 16 de los 74 millones que se jugaron en apuestas en 2017 fueron on line. En cuanto al perfil de los usuarios activos de apuestas a través de internet, destaca que el 85% son hombres, frente al 15% de mujeres y se trata de personas jóvenes comprendidas, en su inmensa mayoría, entre los 18 y los 45 años. El segmento en el que participan más personas son las apuestas, que en el conjunto del Estado suman más de un millón de usuarios on line, que su gasto medio asciende a los 384 euros, lo que supone un gasto de 32 euros al mes, más de uno al día.

Hacerse una cuenta en cualquier casa de apuestas no tiene más impedimentos que suscribirse a cualquier plataforma de películas o series. Basta con crear un usuario y facilitar un documento de identidad. Algunas firmas piden una imagen del DNI, pero la mayoría se conforman con el número del documento. De esta manera, se aseguran de que solo personas mayores de edad se crean cuentas para apostar. No obstante, no sería difícil para un menor encontrar la manera con la que falsificar una cuenta.

los bonos de bienvenida Uno de los métodos más habituales de las casas de apuestas para captar usuarios son los famosos bonos de bienvenida. Una oferta de la firma por la que regalan un tanto porciento del dinero que una persona ingresa para apostar. Es decir, si un usuario mete 100 euros, la casa de apuestas le da, por ejemplo, el 200% de esa cantidad, por lo que comenzaría para apostar con 300 euros. Sin embargo, el bono tiene letra pequeña y para poder retirar dinero de la cuenta, el usuario debe cumplir una serie de requisitos como, por ejemplo, apostar el dinero dos veces o hacerlo a una cuota superior a 1,5 euros por euro apostado.